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jueves, 25 de mayo de 2017

¡Rodas perdió como alcalde y como presidente!


Si Mauricio Rodas pensó algún día en usar la alcaldía de Quito como un trampolín político para llegar a la presidencia, hoy, después de tres años de una administración deficiente eso está lejos de hacerse realidad. 

Con más del 68% de los quiteños opinando que su gestión es “MUY MALA” este ambicioso sueño se quedó en una quimera. Si así de baja es su aceptación como alcalde no queremos ni imaginar cómo sería de presidente, “libre Dios a nuestro país de este hombre”.

Después de 3 años Rodas ha perdido el aprecio y la admiración de sus votantes que algún día pensaron en él como una figura presidenciable. Ya nadie habla bien de Rodas, nadie lo defiende, al contrario, el grave estado en el que se encuentra la ciudad y su nulidad de actuación es la comidilla diaria entre los quiteños. 

Con burlas, apodos, memes y canciones los quiteños expresan su indignación. No hay quien no cante al tono del “despacito” que “Rodas es el inepto de la capital, despacito, Rodas trabaja despacito…”, los grafitis donde llaman al alcalde “cabeza de canguil” son la nueva marca capitalina reflejo de una ciudad indignada y de una alcaldía a la que poco le importa su descuido y la limpieza del buen nombre de su alcalde.


Rodas tuvo la oportunidad de catapultar a Quito como la gran ciudad del futuro, moderna, innovadora, con mega obras pero no la supo aprovechar. La administración  de Augusto Barrera le agrade o no, le dejó “la mesa servida”, un camino marcado que solo debía seguir, para lucirse, sin embargo su equivocado ego, su desconocimiento como planificador y administrador, su tibieza política, la insoportable presencia de su prepotente esposa y un deplorable equipo de trabajo, le hicieron tomar el camino equivocado y echar su jugada política a la basura.  

El Metro de Quito, la única obra importante que tiene en marcha el Municipio no es su obra emblemática, es heredada y lo único malo que reporta es gracias a la mano de Mauricio Rodas y sus fraudulentos asesores.

Un metro con dos años de retraso, en septiembre de este año ya debía entregarse, inaugurado a la par con la plataforma financiera, obra del gobierno nacional, y que fue planificada en conjunto con el Metro para poder trasladar a la enorme cantidad de gente que movilizará este punto financiero. Habrá que esperar dos años más y con suerte, ya que el Municipio aún no ha dicho nada sobre las estaciones subeléctricas y el sistema de recaudo, elementos primordiales que erróneamente suprimió en las negociaciones informales que mantuvo con Odebrech para decir que se hizo la súper negociación a cambio de la eliminación de dos componentes básicos para su operación, un gravísimo error, tanto o más que la oscura negociación que se realizó con la empresa más corrupta y cuestionada hoy en día en el mundo.

A Mauricio Rodas le quedan apenas dos años como alcalde,  en este corto tiempo que le resta difícilmente podrá llegar a cumplir con las mega obras que ofreció en época de campaña, obras que por su gran tamaño de estructura necesitan tiempo para plasmarse como una realidad (Metroféricos y túnel Guayasamín).  

La condición de Quito es muy triste, transitamos en medio de calles y vías destruidas, en medio de un tráfico insoportable, con agentes expertos en “selfies”, enemigos de los conductores, que nada saben de control,  en una ciudad donde sus servicios básicos han sufrido un grave retroceso, como el de la contenerización de la basura, que pasó de ser un innovador proceso a un servicio deficiente y cavernario que atenta contra la salud de toda una ciudad. En una ciudad donde su Centro Histórico ya no produce orgullo sino lamentaciones, vivimos en una ciudad tomada por el descontrol y el abuso de los espacios públicos, lejos quedó de ser el Quito que caminaba firme a la modernización. Hoy es el Quito que ya no sabe ni qué camino tomar, ni a quién creer por culpa de un alcalde que no ha sabido responder a sus necesidades.

Rodas empieza a oler a cadáver político, dudo mucho que su propio partido (peor CREO) pretendan apoyarlo para la reelección después del papelón que hizo en las últimas elecciones presidenciales donde se subió la camioneta de la derecha cuando le convenía y supo esconder la cabeza cuando vio que “sus aliados” ya no le servía para sus fines políticos. 


Rodas no solo perdió la alcaldía sino también perdió la presidencia, parece que ya nada podrá salvarlo de pasar a ser el “peor alcalde que Quito haya tenido”, porque no solo defraudó los sueños de una ciudad sino los de todo un país.



Mauro Muñoz