Para aprovechar al máximo tu día en Quito lo recomendable es iniciar temprano
en la mañana con dirección hacia el centro sur, al casco colonial, no olvides
llevar zapatos cómodos porque habrá que caminar bastante y bloqueador solar
para protegerse de los fuertes rayos solares que caen de manera perpendicular en
el centro del mundo.
Parada uno, recomiendo hacerla en el tradicional barrio de San Juan, en un
sencillo lugar donde puedes tomar un delicioso café lojano recién pasado o
chocolate de Ambato, acompañado de gran variedad de bizcochos,
aplanchados, quesadillas, queso de hoja…en fin, sabrosos manjares para tomar
energía para el recorrido y por un módico precio.
Parada dos, arranca la caminata por el centro
histórico. Compuesto por 130 edificaciones patrimoniales que guardan cada una
diversidad de arte pictórico y escultórico, principalmente de carácter
religioso. Estrechas calles con cientos de años, algunas aún empedradas
desembocan en enormes plazas o en impresionantes iglesias de arte barroco como:
La Compañía, una de mis favoritas por su asombroso interior bañado en pan de
oro de principio a fin; también están Santo Domingo, la Catedral, San Francisco,
San Agustín, la Merced, El Carmen Alto, entre las más importantes.
El recorrido resulta realmente placentero, un viaje por el pasado no solo
turístico sino también didáctico. Monasterios, museos, galerías, bazares,
esconden un sinnúmero de historias y tradiciones que aún perduran en el tiempo.
En lo personal recomiendo el recorrido por el Museo interactivo de Cera para
conocer la exhibición permanente de arte moderno ecuatoriano que lleva al
visitante por una ruta por la historia de nuestro país. Desde Pedro Vicente
Maldonado hasta el primer grito de la independencia del 2 de agosto de 1810.
Escenas de nuestra historia representada por
figuras de la cera inspiradas por un cuadro de César Villacrés y elaborada por
el francés Alexander Barbieri. Las estatuas están situadas en el mismo lugar
donde los próceres fueron asesinados por los militares limeños.
Otro lugar imprescindible para visitar es el Museo Casa de María Augusta
Urrutia, un lugar mágico, estacionado en el siglo XX, lugar que rememora la vida de la reconocida dama
de la aristocracia quiteña cuyo nombre lleva este museo.
Parada tres, La Ronda. Otro más de los sectores legendarios y famosos de Quito antiguo,
especialmente por ser la zona preferida de los bohemios y artistas de
principios y mediados del siglo XX. Se encuentra una cuadra al sur de la plaza
de Santo Domingo bajando por la calle Guayaquil junto al Boulevard de la 24 de
mayo. Aquí se encuentran variedad de restaurantes de comida típica ecuatoriana,
cafeterías literarias, una legendaria picantería, además de una tienda de
dulces tradicionales. Velas decorativas, sobadores, curanderos, músicos, se
pueden encontrar en la calle de La Ronda junto con los famosos canelazos
quiteños y las deliciosas empanadas de viento.
Parada 4. En tan solo 5 minutos estarás en uno
de los puntos más altos de la ciudad, el Panecillo. Situado a 3000 metros sobre
el nivel del mar es el perfecto mirador
natural para poder descubrir la ciudad en casi toda su dimensión: norte, sur,
este y oeste. El mayor atractivo turístico de este lugar sin dudad es la escultura
gigante de aluminio de la Virgen de Legarda, compuesta por siete mil piezas
diferentes, siendo la mayor representación de aluminio en todo el mundo tiene
una especial connotación religiosa para los quiteños. La Virgen es la guardiana
de la ciudad.
Parada 5, y ya para terminar el día el barrio La Mariscal, conocido también
como “La Zona” es el perfecto lugar para
cerrar por todo lo alto nuestro pequeño tour por la ciudad. En este lugar se
juntan gran cantidad de lugares de diversión y entretenimiento. Ubicado en el
centro norte de la urbe, confluyen una gran cantidad de bares, discotecas y
restaurantes. La tarde es el inicio de actividades en esta área en donde se
puede compartir buena comida y bebidas mientras se espera la noche para visitar
las discotecas del sector.
El mayor movimiento se concentra en la Plaza
Foch y sus calles adyacentes,como la Calama. La mayoría de noches hay gran
cantidad de personas disfrutando de lo que ofrece la velada y sus atractivos. Existen
distintas pistas de baile, karaokes, discotecas, bares, restaurantes y cafés.
Gracias a su diversidad cultural y a su caprichosa geografía, Quito es una
ciudad extremadamente generosa con sus visitantes, la oferta es variada, hay
para todos los gustos, para los más tranquilos hasta para los más arriesgados,
así que en Quito este feriado ¡imposible aburrirse!.
Regina Salazar