Estimados lectores, días atrás nuestro optimista
Alcalde informó con bombos y platillos que el Municipio firmaba un acuerdo para
la austeridad y así poner un freno a la entidad “extremadamente gorda y obesa” en la que a su juicio se había
convertido el Municipio de Quito. Así leído (en blanco y negro) suena una
maravillosa idea, quién se puede oponer a limitar el gasto de una entidad gorda
y obesa, con esto en mente me puse a analizar los presupuestos del Municipio en
los últimos años.
Los gastos corrientes en finanzas públicas se
refieren a la adquisición de bienes y servicios que realiza el sector público
durante el ejercicio fiscal sin incrementar el patrimonio. Principalmente
entonces se relaciona con el pago de
salarios y la compra de servicios que no incrementan el patrimonio del
Municipio. El argumento de Mauricio Rodas es que el gasto corriente ha crecido
“desmedidamente” en los últimos años dejando de lado lo que se gasta en obras.
Toda esta información viene desde la página del
Municipio de Quito, resulta entonces evidente que los últimos 3 años la
inversión (obras) se ha mantenido sobre el 80% manteniendo el gasto corriente
en un tope del 9%. En el 2013 se invirtió en los “viáticos” (locales y
nacionales) $125.420,04 de un presupuesto de $793.001.446.50 o un 0.015% del total. En comparación, este año el
Municipio aprobó un presupuesto de $1.004.451.647,25 con un gasto de “viáticos”
(locales y nacionales) de $161.000 que
representa el 0.016% del total. Así, como se ve se trata de un gasto mínimo en
una institución tan grande y a pesar del discurso del alcalde Rodas implica un
incremento del 0.001% de hace dos años (¿ven lo ridículo de estas cifras?)
Está bien que Mauricio Rodas pretenda un
Municipio más eficiente (al fin y al cabo para eso fue que se lo eligió) sin
embargo resulta una muestra más de la forma en la que se juega con estos
anuncios desde una óptica de campaña. Finalmente vallas como las que están a
continuación “inundan” la ciudad lo que resulta contradictorio en una política
de “austeridad”. – Rocío Pérez