Te escribo estas líneas con la confianza que me da la edad y sobre todo
con el corazón destrozado por mi ciudad. No nací en esta ciudad pero me considero quiteña
sobre la base que la gran mayoría de mi vida la he pasado aquí. Aquí me
enamoré y
luego me desenamoré, me casé, tuve mis hijas y luego me divorcié y empecé de nuevo. Como verás es en realidad en Quito donde mi vida ha tenido
sentido y no me imagino viviendo en ninguna otra ciudad.
Te diría que detesto la política, pero estaría
mintiendo, la política me apasiona con una curiosidad casi infantil,
soy ante todo una ama de casa que se la pasa (ahora ya menos, gracias a todos
los santos) llevando a mis hijas de un lado a otro, lo que me pone en el “espectacular” tráfico de Quito varias horas al día. Vivo en lo que solía ser uno de los barrios más tradicionales de la capital. Mis hijas aprendieron
a manejar en las cuestas del barrio y si no hubo ningún accidente pues agradezco a aquella entidad que
estoy segura las cuida.
Voté por ti te lo confieso, convencida que era hora de
tener una nueva figura en la ciudad. Voté por ti no sé ni por qué, te vi joven y como un hombre de familia dispuesto
a jugarse por la ciudad, sin embargo de a poco me fui dando (como decimos en Quito) con la piedra en los dientes pero (cúlpalo a mi corazón de madre), busqué las razones para justificar tus tropezones, no puede
ser fácil administrar una ciudad de
este tamaño, de seguro también el gobierno central estaba resentido y te haría la vida complicada y quien sabe cuántas “razones” más busqué, pero lo cierto Mauricio es que me estoy quedando
sin la voluntad de defenderte y ya ni yo misma me creo mis razones.
Con pesar veo una ciudad llena de
grafitis, mientras las propagandas vacías de sentido (La “nueva” Carolina, los Quitocables) inundan la ciudad con los
colores de tu partido. Una ciudad llena de basura, caótica, ruidosa, desorganizada. Ha coincidido en las
dos últimas semanas que cuando he ido
al Centro ha habido distintas protestas frente al Palacio Municipal y otras
tantas en distintos puntos de la ciudad. Mauricio cuidado, si la cosa se te
sale de las manos la gente se cansa de ofrecimientos vacíos y falta de obras. Ayer eran los taxistas
ilegales, aquellos que vitoreaban un apoyo a tu gestión, me pregunto si hay algún ofrecimiento detrás y se viene un nuevo proceso de regularización. El sistema de transporte público es cada vez más
caótico, sin embargo los dueños de los buses siguen recibiendo
compensaciones por parte de nosotros los quiteños; trabajadores del mercado de Santa Clara se “tomaron” las instalaciones el otro día, mientras tú Mauricio te afanas en anunciar “muy buenas noticias para los quiteños” me pregunto cuándo
será que se hacen realidad…
Saludos,
Sofía
Farina