Introducción
La ciudad de Quito fue sede de la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre vivienda y desarrollo sostenible Hábitat III del 17 al 20 de
octubre. El evento tuvo como objetivo “reforzar el compromiso global con
la urbanización sostenible, para centrarse en la implementación de una nueva agenda
urbana”
(Hábitat III). Sin duda, es un tema de gran importancia tomando en cuenta
que en la actualidad más de la mitad de la población mundial vive en zonas
urbanas y en el caso de América Latina y el Caribe la cifra llega al 80%
(CEPAL).
En este contexto, surgen varios interrogantes. ¿Quito cumple con
las políticas y las orientaciones que se discuten en Hábitat III?, ¿la actual
administración municipal trabaja verdaderamente por un modelo urbanístico
sostenible? ¿El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, ha cumplido con sus promesas
de campaña o ha primado la demagogia política? El presente texto muestra la
contradicción existente entre la fiebre declarativa y la concreción efectiva de
la gestión municipal.
Mauricio Rodas: experto en lobby político y pésimo administrador
municipal
Para empezar, es importante señalar el comportamiento que ha
tenido el Alcalde durante estas semanas. Los días previos al evento, la
administración municipal estuvo concentrada en “embellecer” la zona en la que
se llevó a cabo el evento. La intención fue “amagar” el caos de la capital y
tratar de quedar bien con las delegaciones internacionales y los altos
comisionados. Se “pintaron” a última hora kilómetros de ciclo vías, se
contrataron costosas intervenciones de luces en el centro histórico; mientras
que la ejecución presupuestaria para obras en barrios es prácticamente nula en
algunas zonas como la muy poblada de Quitumbe. Es decir, se realizó exactamente
lo contrario de lo que se propone en la nueva agenda urbana.
Por otra parte, durante las jornadas de Hábitat III, Mauricio
Rodas se concentró en el hacer “lobby” para entregar al Secretario General de
las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, la propuesta de las autoridades
locales para formar parte de la mesa global y del sistema mundo. Un deseo de
figurar y ser una imagen VIP. En este contexto, también aprovechó para firmar
el contrato de los Quito Cables - sin escuchar el malestar de la población-y su
organización política hizo acuerdo con el banquero Guillermo Lasso para
enfrentar el próximo proceso electoral. No hay que olvidar que las alianzas
políticas son también alianzas entre grupos económicos.
De manera paralela-aunque esto no aparece en los medios de
comunicación privados que apoyan al Alcalde-se han movilizado organizaciones y
colectivos en lo que crece el malestar frente a la mala administración. Los
ejes de rechazo y denuncia son múltiples: organizaciones afectadas por los
Quito Cables, la solución Guayasamín, la Ciudad Bicentenario, barrios
irregulares que no cuentan con servicios básicos, colectivos que están
denunciando el descuido del patrimonio histórico de Quito, comerciantes
autónomos, transportistas, colectivos de mujeres, organizaciones anti-taurinas
que demandan el cumplimiento de la promesa del Alcalde, organizaciones de
jóvenes, entre otras.
Aunque en su campaña Mauricio Rodas prometió ser inclusivo y
generar espacios de diálogo y participación ciudadana para el procesamiento
político de las demandas sociales, ahora califica de “amargados” a todos los
colectivos, organizaciones y personas que no están satisfechas con la gestión
municipal. No se da cuenta que cada vez son más los quiteños y quiteñas que
votaron por él y que ahora expresan su decepción e indignación frente al estilo
y las políticas implementadas.
Promesas de campaña vs resultados obtenidos
Para corroborar objetivamente lo que se afirma en este documento,
solo hace falta revisar las propuestas que realizó Mauricio Rodas durante su
campaña electoral y que seguramente por descuido siguen colgadas en la página
web de la organización política SUMA: http://www.suma.ec/blog/propuesta.
Basta comparar lo prometido frente a lo que realmente se ha
ejecutado. Más allá de las afinidades ideológicas, preguntémonos por un momento
¿realmente Quito es una ciudad sostenible?, ¿se han solucionado las principales
problemáticas de la urbe?, ¿se ha logrado un sistema de movilidad integrado y
la descongestión del tráfico?, ¿las vías están en mejor estado y es una ciudad
inclusiva para personas con discapacidad?, ¿se ha logrado descontaminar
el ambiente de la ciudad?, ¿se está atendiendo a los barrios más necesitados?
Invito al propio Alcalde a revisar sus propuestas de trabajo y con su equipo
técnico realizar un ejercicio de comparación entre lo que prometieron y lo que
efectivamente han cumplido.
Hay que recordar que su lema fue “Sí podemos vivir mejor” y
se plantearon tres ejes principales: 1) ciudad inteligente, 2) ciudad de
oportunidades y 3) ciudad solidaria. En su plan de trabajo se puede leer lo
siguiente: “Quito
será una ciudad bien planificada, con una ciudadanía activa y una Alcaldía con
vocación de servicio. Una ciudad en la que se puede vivir mejor, en la que
nadie se queda atrás, que la vamos a construir todos juntos donde el Municipio
será un actor mas no un rector. Una ciudad donde los ciudadanos puedan
trabajar, estudiar, acceder a bienes y servicios de calidad en el menor tiempo
y con el menor recorrido posible.”
Los quiteños y quiteñas nos preguntamos, a más de haber inaugurado
obras que ya estaban en curso, como la ruta Viva, el centro comercial del
Comité del Pueblo, o continuado otras que estaban financiadas como la
contenerización de basura o el metro de Quito ¿qué ha hecho el señor Rodas por
iniciativa propia?
Es más, qué pasó con las promesas de campaña del actual Alcalde
¿Dónde está el acceso universal al internet en espacios públicos que
ofreció?, ¿en qué lugar están escondidas las oficinas móviles de atención ciudadana que
se ofrecieron en cada barrio?, ¿cuáles son las obras emblemáticas de
reingeniería vial y descongestión de tráfico?, ¿dónde están las camas bajas,
rampas y todo el sistema para la movilidad de personas con discapacidad que
prometió en su plan?, ¿cuándo se eliminará la medida de pico y placa?, ¿cuántos
barrios cuentan con las Bibliotecas sin Fronteras y los mecanismos de promoción
de la cultura?, ¿qué montos se han otorgado para el financiamiento para
pequeños comerciantes a cero interés? ¿Dónde está la planta de tratamiento de
residuos infecciones y el sistema de reciclaje urbano y rural? Y podríamos
seguir con muchos otros temas.
Pero si están los nuevos buses biarticulados que son a diésel y
no eléctricos y por tanto contaminan mucho más el ambiente, las “soluciones
Guayasamín” que priorizan a los autos privados motorizados antes que al
transporte público, las redefiniciones de zonificaciones de uso del suelo que
facilitan la ampliación de algunos negocios inmobiliarios. Por todo esto,
está muy claro que en Quito no estamos viviendo mejor.
A modo de conclusión
Por lo expuesto anteriormente se puede afirmar que la actual
administración municipal no ha cumplido con sus propuestas de trabajo y
promesas de campaña. En síntesis, el burgomaestre es un experto en lobby político,
juego de luces y mapping, pero un pésimo administrador de la ciudad pues no ha
cumplido con lo que le prometió a sus propios electores.
En este sentido, el Distrito Metropolitano de Quito requiere de
manera urgente una nueva agenda urbana que permita solucionar los problemas
reales de sus habitantes y el desarrollo sustentable de la ciudad. El lobby
internacional, el pacto con la banca y con los grupos económicos capitalinos,
demuestran que la gestión está concretada en el interés de una pequeña
élite y no en la mayoría de la población. Finalmente, los quiteños y quiteñas
exigimos una inmediata rendición de cuentas por parte del Alcalde Mauricio
Rodas en la que se realice un verdadero balance sobre el estado de situación de
la ciudad, se escuche las distintas demandas de los colectivos sociales y se
tomen las medidas necesarias para solucionar las problemáticas de Quito.
Nicolás Reyes Morales.