Mauricio
Rodas, Paul Carrasco y Jaime Nebot durante el evento
de rendición de cuentas
del Prefecto del Azuay, Fotografía: La República
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Paúl Carrasco (Participa Democracia Radical) realizó su evento de rendición de
cuentas al cumplirse un año de haber sido elegido como Prefecto de Azuay en las
últimas elecciones regionales del 23 de febrero del 2014.
Me llamó la atención lo vario pinto
de los asistentes, quienes se adscriben a una amplísima variedad de tendencias
políticas sin ninguna relación entre ellas; por ejemplo, se pudo ver a Mónica
Chuji, César Rodríguez, Luis Fernando Torres, Luzmila Nicolalde y Rosalía
Arteaga compartiendo protagonismo con Carlos Vera, Henry Cucalón y Daniela
Chacón; como ven, tantos personajes cuyo objetivo era en palabras de Jaime
Nebot “sellar un compromiso conjunto de
iniciar la unidad” , Mauricio Rodas también presente insistió en hacer
referencia a su voluntad de “desarrollar(la)
en el marco de la diversidad ideológica, regional, cultural”.
Mientras
esto sucedía en Cuenca, en Quito nos enfrentábamos a otra tarde de lluvia y
problemas de tráfico. Estimados lectores, está claro que no espero que el
alcalde esté personalmente en la ciudad arreglando cada uno de los problemas;
sin embargo, si hasta ahora no se ha evidenciado un plan de trabajo claro en la
ciudad era de esperarse que esta colapse en cada lluvia. Acá entonces vale la
pena discutir, existe una diferencia entre un “sujeto político” y un
“administrador público”? A riesgo de sobre simplificar lo que está detrás de la
victoria de Mauricio Rodas en Quito me aventuro a decir que quiénes lo
eligieron como alcalde de la ciudad lo hicieron para que sea un administrador.
Es decir, que solucione los problemas que nos convertían en “ciudad infernal” y
que de acuerdo con la retórica de campaña, eran responsabilidad exclusiva de la
anterior administración. Estas tareas incluyen tal y como establece la
legislación vigente la relación con otras autoridades locales para fortalecer
nexos y planificar temas que les facilite la consecución de objetivos claros para
la gestión de sus localidades pero nunca hace referencia a formar un bloque de
oposición recomiendo la lectura de éste
artículo para una discusión más profunda sobre lo que se persigue con estas
reuniones.
No
puedo si no preguntarme cuáles son los verdaderos objetivos del alcalde de
Quito, formar parte de un “bloque de unidad” opuesto al régimen de Rafael
Correa o ser un administrador público de la ciudad, sin embargo, ante la falta
de planes claros (Plan de Movilidad, Plan de Mejora del Transporte Público)
para la ciudad me temo que su único interés es convertirse en un sujeto
político que utilice la alcaldía para algún otro fin. Espero equivocarme.
Rocío
Pérez