Estimados lectores, decidí hacer el ejercicio de escuchar la entrevista de Gonzalo Rosero con Mauricio Rodas del 20 de abril. Se trata de un poco menos de una hora en la cual el conductor se mueve entre su deseo de salvar al entrevistado de lo que considera una “gestión de buena voluntad” (el viaje a Roma) y conseguir una respuesta pasional ante lo que Rosero califica como “intentos de pelea” de Rafael Correa contra Mauricio Rodas. Confieso que hace años que no escuchaba a Rosero por eso me atrevo a decir que aún cuando siempre fue propenso al extravío a la hora de realizar sus introducciones ésta debe calificar como una de las peores; confunde a su entrevistado refiriéndose a él en dos ocasiones como “Alcalde Ricaurte” y se pierde a la hora de explicar cómo a su juicio, Rodas no tenía por qué pedirle permiso al Presidente para su periplo por Roma sobre todo cuando a juicio de Rosero se trataba de una decisión tomada en “asociación de ideas” ya que la escala en Roma desde Kenia le resultaba indispensable para regresar a Quito.
El Alcalde haciendo gala de la enorme dosis de
positivismo que le caracteriza sostiene que tiene “muy buenas noticias para los
Quiteños” y que prefiere hablar sobre su visita a Kenia y el rol que Quito y en
su caso las administraciones locales jugarán en la próxima conferencia de
Hábitat III. Rodas, como ya nos tiene acostumbrados, en ningún momento tiene el
buen tino de aceptar que si bien es cierto esta conferencia se realiza cada 20
años, la decisión de hacerla en Quito no fue mérito de la actual administración.
Parece que para el Alcalde cualquier cuestionamiento son “discusiones
estériles” y más bien hay que alegrarse (positivo siempre positivo) que varias
autoridades internacionales vendrán a Quito para ver lo que el Alcalde
categoriza como “un modelo de movilidad sustentable”. Rodas explica (recién al
minuto 7 de la entrevista) que el objetivo de ir a Kenia fue empezar la
construcción de la agenda común para las discusiones que se llevarán a cabo en
Quito. Lo que no explicó es que también María de los Ángeles Duarte asistió
como la verdadera contraparte de la conferencia en el Ecuador.
Rosero continúa discurriendo sobre las
“fortalezas en materia monumental” y las deficiencias en temas de precaución de
la ciudad para luego darse cuenta que su entrevistado hizo referencia a
movilidad sustentable y abogar por copiar modelos exitosos de otras soluciones
de movilidad en el mundo. Rodas realiza una explicación (simplista) sobre la
visión de movilidad y sus soluciones que incluyen una bajo tierra; el metro, a
nivel; el “nuevo trole” y una en el aire; los Quito Cables. El burgomaestre una
vez más anuncia “una muy buena noticia para los quiteños” y es que a principios
de mayo empezarán los trabajos para la construcción de las paradas de las dos
líneas de en la Ofelia y en Solanda. Esta obra está a cargo de la Secretaría de
Movilidad, en el Portal de Compras Públicas consta un proceso para la
consultoría que defina la factibilidad del proyecto por algo menos de USD 60
mil y que está todavía a la espera de acuerdo. Los términos de referencia de
esta contratación especifican que la PUCE tiene 35 días para entregar los
estudios a partir de la entrega del anticipo (cosa que no ha sucedido) y que
ahí se definirá el sitio exacto de entre otras cosas las paradas; entonces o el
Alcalde ha descubierto la fórmula para ver el futuro o nos está mintiendo.
Rosero ensaya una explicación sobre cómo los metro cables cubrirán todas las
regiones de la ciudad y que irán desde “la Amazonía de nuestros valles” hasta
las más altas montañas.
Al minuto 20 retoman el tema de la visita a
Roma, donde una vez más Rosero quiere salvar a su pupilo y repite la
explicación de que el itinerario exigía una visita a Roma a lo que Rodas
responde que fue su idea pasar por ahí para expresar la “emoción y la alegría
por la visita del Santo Padre”. Rosero quiere aquí hacer que Rodas diga que el
Presidente estaba mal informado con respecto al objetivo del viaje a Roma, pero
el Alcalde no cae en el juego y desvía la atención hacia cosas que él considera
realmente importantes como el tema de que el Pontífice aparentemente sabe de la
existencia de Santa Marianita de Jesús (el positivo Alcalde infiere que el Papa
resulta devoto de la santa Quiteña) y sostiene que es la energía del Papa
Francisco el “catalizador” para la unidad del país, a juicio de nuestro
positivo Burgomaestre temas como el porqué decidió ir resultan también
estériles y nos desvían de la verdadera noticia que es la visita del Pontífice.
Me pregunto si el Alcalde considera también estéril la pregunta sobre el papel
que jugó su esposa en la comitiva que viajó a Roma o el del Secretario de
Productividad y Competitividad del Municipio de Quito, quién tomó la decisión
de que ellos formarían parte de la comitiva que acompañaba al Alcalde, sobre todo
en el caso de María Fernanda Pacheco que no trabaja para el Municipio.
Rosero se desvive por su entrevistador y
pronuncia un emocionado “me encanta escucharte Mauricio” y llega el momento
cúspide donde agitado lo transforma en el representante de aquellos que no
pelean (lectores no pelear también es una postura muy cómoda), de aquellos
buenos “estadistas” y trabajadores. Rosero ya visiblemente confundido trata de hacer
un recorrido poético y tortuoso sobre el accionar del taxista que fue
arrastrado por la corriente del río el otro día en Quito (confunde tanto los
nombres que al mismo Alcalde le resulta difícil seguir la línea de la discusión
y termina diciendo que el “héroe” será reconocido como tal). Ya en el último
punto del partido Rosero le sirve a Rodas para que responda lo relacionado con
el tema del crédito con el BDE a lo cual Rodas insiste que la publicidad es un
tema también estéril y que él se enfoca en solucionar los problemas de Quito,
para lo otro tiene un equipo de gente que en pocos días más le permitirá dar
“muy buenas noticias a los Quiteños” que supongo pasarán por jugar a una
especie de figura conciliadora acallando el “capricho” del Banco del Estado y
cumpliendo ésta vez sí lo que decía el convenio del crédito a fin de evitar
reembolsarlo, lo que Rodas no explicó (ni su entrevistador preguntó) es cómo
justificará el hecho de que compró los vehículos antes de que el BDE entregara
los recursos incumpliendo otra de las clausulas del convenio.
Para mí no resultan preguntas “estériles” saber
entre otras cosas el rol de María Fernanda Pacheco, para definir si es que por
un lado ella siempre quiso conocer al Papa para que al menos me cuente si lo
hizo con mis impuestos o si ella se financió su viaje; es mi derecho para saber
si me debo sentir tranquila por haber satisfecho un deseo de tan buena católica
o no. Y cuáles fueron los acuerdos a los que llegó el Secretario de
Competitividad o si él también solo cumplió su sueño de conocer a la máxima
figura de la Iglesia Católica.
Rocío Pérez