Ayer nuestro perpetuamente optimista burgomaestre
anunció por todo lo alto que iniciaba la construcción del proyecto #QuitoCables
en el sector de la Argelia, catalogándolo como siempre como “una muy buena noticia para los Quiteños”
(debo felicitar esa capacidad para convertir todo en una buena noticia) y anunciando
que estaría listo en el segundo semestre del 2016 sirviendo potencialmente a
más de 40 mil quiteños por día que viajarán en cabinas de 10 personas parados
que vendrán cada 10 segundos.
El proyecto
está a cargo de la Secretaría de Movilidad del Municipio y se encuentra a nivel
de estudios de factibilidad geotécnica registrados con el código CDC-MDMQ-SM001-2015 y que serán ejecutados por la
Pontificia Universidad Católica del Ecuador, dichos estudios deberán contener
el análisis topográfico de las dos líneas (al norte y al sur) trazado y lugar
en donde se asentarán las plataformas. Este estudio tal y como pueden ustedes
comprobar en el portal de Compras Públicas no ha sido realizado todavía y de acuerdo con
el Concejal Carlos Páez no ha podido acceder a los estudios preliminares tal y
como menciona en un documento publicado en su cuenta de Twitter.
Recordarán
que hace un par de semanas el Alcalde anunció que iniciaría el proceso de
construcción de las estaciones (parte de los proyectos que Quito mostrará el
próximo año en Habitat III) hoy le bajó un poco el tono optimista a sus declaraciones
(nadie parece haberse dado cuenta) para hablar de la “adecuación y la regeneración
urbana integral” quizá como resultado de la falta de estudios técnicos que le
garanticen incluso que las paradas se ubicarán donde él ha informado.
Como
Quiteños no contamos con información de cuánto costará el proyecto (solo han
sido concesionados los estudios preliminares) ni sabemos quién lo ejecutará,
pero Mauricio Rodas como siempre optimista, alegre, dispuesto informó con
bombos y platillos que la obra empieza. Recordarle al Alcalde que dichos
anuncios deben venir acompañados de temas de ejecución caso contrario está
construyendo castillos en el aíre, nada más peligroso que pensar que los
quiteños viviremos de optimistas anuncios sobre una ciudad que no vemos
materializada por ningún lado.
Rocío Pérez