Primera
línea del Metro – Fuente: Empresa Metro de Quito
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Esta semana salió un artículo en la revista
Semana de Colombia haciendo referencia al hecho de que Bogotá lleva más de 72
años soñando por un metro y que por primera vez la alcaldía de Gustavo Petro
tiene los estudios de ingeniería básica. Para Semana
con tanto “debate, diseño y render lo único que se ha logrado es dilatar una
solución vital” a diferencia de Quito es el actual Alcalde de la ciudad quien
presentó los diseños y que espera buscar una solución para su financiamiento reconociendo
que el metro no es la panacea para Bogotá pero sí un elemento clave para solventar
los costos de la desastrosa movilidad que repercute en la competitividad, el
consumo, el ánimo e incluso la salud de la ciudad. En Colombia se habla de que
abandonar el metro sólo sobre la base de su costo sería el peor de los errores
y que es necesario buscar soluciones concretas para financiarlo.
Acá en Quito todavía nos
preguntamos cuál será la decisión de la actual administración; 6 meses han
pasado desde que Mauricio Rodas se hizo cargo de la ciudad y todavía no hay una
definición clara sobre el futuro de este proyecto trascendental para Quito. Si
bien; no se desecharon de plano, sí se cuestionaron los estudios presentados
por la anterior administración sobre la base de que las ofertas presentadas por
las empresas constructoras superaron el precio establecido para la realización
de la obra.
Se anunció una comisión de
concejales para realizar un informe sobre los estudios y anunciar si se
continúa o no con el proyecto; dicha comisión no ha presentado ningún
resultado. Las contratistas solicitaron una ampliación en el plazo y el
Municipio se lo dio con poco o ningún respaldo técnico. Concejales hablan en
sus periplos por los medios de que la importancia de este proyecto para la
ciudad, pero nadie toma una decisión en firme. Durante campaña el Alcalde
repitió varias veces que iba a iniciar el metro y no sólo a hablar sobre el
metro sin embargo hasta ahora no hay una
muestra clara de que así sea, solo lo que parecen ser palabras vacías tiradas
al viento.
Hay que pensar que si Mauricio
Rodas finalmente decide dar paso al proyecto tendrá que enfrentar los costos
que este traerá y que serán no sólo financieros si no también políticos pues
significará lidiar con el impacto a movilidad y a la infraestructura de
servicios básicos que tendrá una construcción de esta naturaleza. Como ven la
decisión no está para tomarse a la ligera; solo imaginarse las volquetas que
tendrán que llevar el material a una de las casi llenas escombreras de la
ciudad o el replanteo de las redes de electricidad o alcantarillado en el
centro de Quito es como para meter miedo al más valiente de los urbanistas; sin
embargo como hemos dicho en varias entregas estamos convencidos de que el metro
es un elemento central para la solución de los problemas de movilidad en la
ciudad solo que requiere una voluntad política fuerte.
Esperemos que no se dilate más la
decisión, pues está claro que mientras más tiempo le tome al Municipio tomar
una, más subirán los costos indirectos del proyecto y los quiteños seguiremos
sin una alternativa viable para el cada vez más insoportable tráfico de Quito.