Estimado Mauricio; primero perdóname pero me
voy a permitir esta confianza sobre todo porque eso de decir “Estimado Alcalde”
me parece que nos pone en una situación de distancia que no permitirá que te
diga lo que hoy debo decir. No voy a pretender que tengo las soluciones, no me
voy a creer ni un espectacular administrador público, ni un representante de la
ciudadanía porque es simple, no lo soy. Soy tan solo una quiteña que vive en
esta hermosa ciudad y que la siente como una parte integral de su vida, que
cuando camina por la calle se dedica a recoger la basura y que más de una pelea
se ha ganado por exigir a un ciudadano que cumpla con su obligación de no
ensuciar Quito.
Mauricio, cuando llegaste a la alcaldía y a
pesar de no haber votado por ti (en este punto confieso que yo voté por Augusto
Barrera, espero que eso no me descalifique pues mi posición no es política, es
ciudadana) pensé que no estaríamos tan
mal, pues parecía que algo entendías de administración pública y que tenías una
idea del tipo de ciudad en la que queríamos vivir. Cuando luego fue evidente que el plan de ciudad no era tan
claro, te justifiqué diciendo que a pesar de tus mejores deseos siempre te
quedó la duda de si llegarías a ganar; y que por eso, el equipo de trabajo no
estuvo claro y que cambiar la ciudad no podía ser tan fácil. Cuando bajaste las
multas – a pesar de estar totalmente en contra – te apoyé pues al menos estabas
cumpliendo una de tus ofertas de campaña. Cuando la discusión giró en torno a
lo mal que estaba la ciudad – a pesar de estar totalmente en contra – respeté
tu postura pues pensé que como administrador público tenías unos ojos distintos
que te permitían ver lo que para mí no era evidente.
Y así, podría citar muchos ejemplos. Podría
apoyarte en el tema de la “persecución del gobierno” en tu contra, pero
Mauricio me temo que en realidad es un más que todo una paranoia de tu parte;
decir que el gobierno te acosa ante una resolución de una instancia
independiente ante lo que tú mismo catalogaste como un “error” es sin duda dar
más importancia al otro de la que realmente tiene en tu gestión. Me temo
Mauricio, y aquí me voy a permitir darte una apreciación, que todavía no te has
asentado en el puesto y que todas (o la mayoría) las decisiones las tomas pensando
en el impacto de tu imagen como figura política y no como administrador.
Permíteme me explico, está claro que el “arreglar” un parque genera réditos
políticos con poco costo para el Municipio; sin embargo, no cambia en nada la
política de apropiación del espacio público de la ciudad. “Bachear” las calles
aliviana en algo el tráfico en la ciudad pero no aporta en nada en un
verdadero plan de movilidad (movilidad
Mauricio, no vialidad) que ya no solo es cuestión de política pública sino más
bien de supervivencia.
Mauricio, te pido pensar en la ciudad, en la
que quieres que tus hijos vivan. Así quizá, será más fácil tomar decisiones que
no tienen rédito político (que es más tienen un costo alto) pero que tienen un
gran impacto en la calidad de vida de los quiteños. Mauricio, es hora de tomar una
decisión sobre el metro; te apoyaré si me dices que no es una solución de
movilidad (pero que quede claro que no será un apoyo ciego, requiero que me
expliques tu decisión) y me lanzaré detrás de tu propuesta si es que esta
realmente solucionará la movilidad en Quito. Mauricio, me animé a escribirte
esta carta el viernes 16 de enero luego
de haber recorrido 100 metros en 30 minutos, como lo oyes, bien voy 30 minutos
tratando de recorrer una distancia que no debería tomarme más de 5. Mauricio, es hora de tomar una decisión que no
siempre será la más bonita, la más política, pero te pido que pienses en la
ciudad en la que quieres que tus hijos vivan y te darás cuenta que la decisión
no siempre es la más glamorosa pero sí la mejor para la ciudad.
Saludos,
Rocío Pérez