Estimados lectores, antes de que me tachen
de “barrerista” les pido por un momento (al menos mientras dure la lectura de
este artículo) separemos la frase de su connotación política y discutamos cuál
es el Quito que queremos. Como tantas veces he dicho en este blog la
importancia de una participación de los ciudadanos en la toma de decisiones y
sobre todo en la discusión de política pública; radica en ser los llamados a
pedir que la municipalidad tome en cuenta nuestras opciones de ciudad.
Así, por ejemplo, gran mayoría de la gente
se expresó en los últimos días en redes sociales en contra de la forma en la
que se realizaron los operativos de control de vendedores informales en varias
áreas de la ciudad en especial el Centro Histórico. Sin embargo, así como
hubieron personas que se quejaron de la actuación de los metropolitanos
hubieron quienes los defendieron y que sostuvieron que son los vendedores los
que provocaban a los policías.
En entrevista con Diego Oquendo, en un poco más de 45 minutos, se
logró legitimar una visión integral como un Plan de Movilidad solo por el
imperio de la noticia y el reconocimiento del presentador y de los
entrevistados, así en poco menos de una hora, Quito ya cuenta con Plan de
Movilidad en el cual se dará mayor primacía a los peatones y al transporte
público. En la entrevista Daniela Chacón empezó diciendo que lo primordial es
definir el Quito en el queremos vivir, decidiendo si queremos vivir alienados al
vehículo o caminar y usar el transporte público con la consiguiente interacción
con los ciudadanos, Chacón hace referencia al Plan de Ordenamiento Territorial
de la ciudad que construirá centralidades a fin de limitar la necesidad de
moverse distancias demasiado largas (lectores, les resulta conocido el
discurso?) pues la ciudad la realizan las personas.
A juicio de Chacón, una de las principales acciones concretas y
específicas fue la firma de la “Carta del Caminar” que reconoce a Quito como
una ciudad que va a tratar de convertirse en más accesible y priorizar a
quienes se movilizan como peatones mediante el impulso del transporte público.
Chacón se cuida de juzgar a quiénes quieren adquirir un vehículo privado, al
fin y al cabo la capacidad de comprar un bien resulta un indicador del progreso
(de acuerdo con la derecha) así que entonces la función de la administración se
reduce a dar las alternativas para que la gente pueda usar el transporte
público.
Una ciudad en la que se privilegie las personas debe necesariamente
incluir opciones como peatonización de lugares más grandes como en el caso de
Quito el Centro Histórico o la Av. Amazonas a fin de establecer lugares ganados
a los vehículos que permitan una forma distinta de vivir la ciudad, una vez más
Chacón se cuida mucho de dar especificidades y se limita a decir que se
requerirá un proceso de negociación con la gente para garantizar accesibilidad
al transporte público, construir estacionamientos de borde y buscar nuevas
opciones de transporte.
Finalmente, parece que nuevamente es Daniela Chacón quien es la
encargada de dotar de concepto a las visiones (¿) políticas (?) del Alcalde,
transformando visiones en Planes solo por el hecho de mencionarlos, así sin un
respaldo técnico a las iniciativas que se propone.
Poco a poco se empiezan a visualizar tímidos esfuerzos de definir el
Quito en el que queremos vivir, superando (al fin) la paranoia de compararse
con la administración anterior y saber que empezará ser medida sobre la base de
sus propios resultados.
Rocío Pérez