Tomado de la página de Facebook de la
Zona Centro del Municipio de Quito
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Para quien
sigue este blog no es una novedad que desde aquí he abogado en varias veces por
un espacio público de calidad para la ciudad; sobre la base de que es en este
espacio de calidad que se permite la interacción entre los ciudadanos, a la par
que favorece una identificación con la ciudad mientras que favorece la
definición de cómo actuar y demás.
El
Municipio de Quito informó en los últimos días que luego de lo que calificó
como un programa de “socialización” con los comerciantes informales del Centro
Histórico procederían a realizar operativos de control con el fin de “recuperar
el espacio público”. Es evidente que dichos mecanismos contemplan el evitar que
los comerciantes utilicen el espacio público del Centro Histórico terminando
así con actividades fuera de la ley; lo que no resulta evidente es adoptar aquellas
prácticas de otros tiempos donde los Policías Metropolitanos se “arman” en
contra de los comerciantes para confiscar todas las mercancías, faltarles al
respeto e incluso asaltarles físicamente.
No sólo
cómplices de una política represiva sin resultados aparentes, si no también
aparentemente dispuestos a festejarla varias entidades municipales han
compartido las fotos de Metropolitanos “confiscando” los productos en lo que
parece una especie de festejo colectivo de la falla de la Administración por llegar
a un acuerdo con aquellos que están ejerciendo su derecho constitucionalmente
garantizado a trabajar.
Lidiar con
el comercio informal es una de las tareas más ingratas y difíciles de cualquier
administración pública, significa lidiar con personas que trabajan en
condiciones de ilegalidad y las cuales en su mayoría dependen exclusivamente de
lo que puedan conseguir ese día. Sin embargo como también hemos dicho en varias
ocasiones, administrar una ciudad no siempre es un momento para que se presta
para las fotos, la sonrisa, el coqueteo con los medios. Hoy escribo tremendamente indignada, hoy escribo por
aquellos que no tienen acceso a estos medios, hoy escribo por aquellos que se
creyeron el cuento de Sí Podemos Vivir Mejor y ahora se enfrentan a estos
“tratos”, hoy más que nunca sostengo que no es esta la ciudad en la que quiero
vivir, no es esto lo que quiero lograr y revivo mi compromiso de seguir
luchando desde mi pequeña trinchera por una ciudad incluyente, respetuosa,
sana, verde (sin alusión política), combativa, viva.
Rocío Pérez