Mauricio Rodas
ha estado fuera del país por varias semanas. Los problemas de salud del
reciente miembro de la familia Rodas Pacheco, -tema conocido por la ciudadanía
pues la sala de prensa del Alcalde nos mantiene muy bien informados a los quiteños- lo mantuvieron alejado
de sus funciones como principal personero de la ciudad.
Lejos de
criticar el abnegado amor por su familia, nos alegra que la salud de su último
hijo haya mejorado y que esto permita que el Alcalde retorne a sus labores al
frente de la ciudad. La constatación de tener de vuelta al burgomaestre de la
capital, está en la serie de tweets
con los que esta semana nos ha demostrado que los simulacros de prevención por
la erupción del Cotopaxi son lo más
importante que él debe hacer por Quito y sus habitantes.
Hay un conocido
dicho que dice que algunas personas no pueden masticar chicle y caminar al
mismo tiempo, esto para decir que no pueden hacer dos cosas a la vez. Todos
conocemos a varios a quienes este dicho les calza a la perfección, pero resulta irrelevante pues sus labores no exigen
de esta “habilidad”. Caso muy distinto es el del Alcalde de una ciudad como
Quito, que enfrenta varios problemas a la vez, todos de gran importancia y
sobre todo de urgente solución.
Bajo esta
reflexión, la ciudad no puede darse el lujo de tener un Alcalde monotemático,
por más importante que sea la realización de simulacros, el perjuicio para la
ciudad es enorme si quien la comanda no comprende ni conoce la dimensión de los
problemas y opta por vivir del show,
las fotos y las vallas en lugar de cumplir su labor.
Esta falencia
del señor Rodas nos hace sentir que pese a su retorno a la ciudad, Quito sigue
acéfala. En este verano se registraron, según lo informó a Diario El Comercio el Comandante del Cuerpo de Bomberos Eber Arroyo, un 72% de incremento de
incendios frente al verano del 2014. Cumplimos una semana de enormes flagelos
en el Ilaló, Cerro Auqui y Panecillo, los tres llevaron varios días de trabajo
para combatirlos; y de esto, no hemos escuchado palabra alguna del Alcalde.
Según las
declaraciones oficiales, (ninguna ha sido del Alcalde), un 60% de estos
incidentes son provocados por gente mal intencionada y el 40% por quemas
agrícolas y de basura, lo que evidencia un desconocimiento de las consecuencias
de estas acciones por parte de la población. Frente a esto ¿no pensaría la
Alcaldía o su departamento de comunicación en reactivar campañas de prevención
y de denuncia sobre posibles pirómanos, como se hacía en años anteriores como
parte del Plan Fuego? Esto sería mucho más útil y provechoso para la ciudadanía
que ver en redes millones de fotos de los exitosos simulacros o decenas de
vallas en la ciudad con obras que aún no se inician.
No olvidemos,
que al menos en dos de los tres incendios mencionados, por su cercanía a zonas
pobladas implicaron un peligro inminente para la vida de decenas de quiteños,
sin desmerecer la grave pérdida en flora y fauna de todos estos incidentes.
Este es un tema que requiere atención y preocupación del Alcalde al mismo
tiempo que su preocupación por el Cotopaxi, ¿o es que no puede con dos
desastres naturales al mismo tiempo?
Necesitamos que
el Alcalde asuma a cabalidad el puesto para el que fue electo; estar a cargo de
la ciudad de Quito es un trabajo extenuante que requiere una atención
capacitada 24/7, si no está en capacidad de hacerlo, tras un año y pico de
gestión es que el puesto le ha quedado muy grande. Este es un llamado de
atención para un burgomaestre que requerimos esté en capacidad de atender
varios problemas a la vez pues Quito necesita
que la silla de la alcaldía sea ocupada.