La administración Rodas -
Ricaurte cuestionó en la última campaña
seccional la construcción del Metro. Como ciudadana corriente, al mirar las
pocas noticias que transmiten los noticieros, fuera de la sangre, me preguntaba
si las palabras de Rodas -tan especulativas- no tendrían un efecto contrario
para la ciudad, supuse que mi ignorancia
política era lo que me hacia tener ese sentimiento de temor.
Han pasado más de 100 días desde
que él inició su administración y nuevamente, como ciudadana corriente, no veo
el rumbo por el cual va la ciudad.
Lo que si se, por mi grata
experiencia de viajes a través de varios países del mundo, es que un metro
cambia estructuralmente la vida de una ciudad, es increíble poder movilizarse
rápidamente por lugares que no conoces, y saber que esas estructuras lógicas de
transporte están en beneficio de turistas corrientes, pero sobre todo
de los citadinos que viven y transitan a diario por la ciudad.
Ilustración
presente en algunos vagones en el Metro de Nueva York
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Quizá
cuando uno lo ve desde afuera, como una experiencia no cotidiana, valora ese
recurso y lo siente tan genial; quizás también, esas ciudades no serían lo que
son, si no fuera por ese recurso cotidiano que mueve a una ciudad entera.
La verdad es que desde el antiguo
Metro de Chicago, que genera un poco de temor cuando sus antiguas vías y
vagones suenan por su edad, hasta el
increíble y moderno metro de Shanghái, el Metro es el medio de transporte
supremo de cualquier gran ciudad.
Con las experiencias vividas, con
la ilusión planteada, el Metro de Quito es para mí algo especial. Por eso, me dolió
profundamente ver como el Alcalde de Quito, Mauricio Rodas, dos meses antes de
la licitación para el Metro de Quito, extiende el plazo a los posibles
contratistas, en ese momento me pregunté: ¿Acaso eso no subiría el costo? ¿Acaso
eso no causaría más especulación de la ya planteada? ¿Acaso decir que los
estudios estaban mal y que seguramente el precio es mayor, no da la posibilidad
de que los oferentes incrementen su propuesta? Qué pena! No me equivoqué.
Me indigna pensar que Quito se puede
quedar sin Metro por los intereses de un
político de turno. Mi intuición, poco política (lo reconozco), me hace creer
que a este señor, Mauricio Rodas, no le interesa que se construya el Metro. Es
posible que su construcción le haga perder popularidad, porque claro, esta mega
obra obviamente causará incomodidades a la ciudadanía. O porque claro, será muy
difícil dejar la Alcaldía a medio camino con la construcción del Metro para
lanzarse al mágico mundo de la Presidencia de la República (mi humilde opinión
me hace pensar que este es su real objetivo).
Muchos podrán decir que la
administración de Augusto Barrera fue mala, muchos podrán no reconocer que su
logro fue: pensar en una transformación real de la ciudad. Muchos no lo
reconocerán porque jamás comprendieron que a una ciudad le pasa lo que a un
hogar, que si se desea transformar algo en la casa que uno vive debe pasar un
poco por ciertas incomodidades, quizá polvo, quizá maestros entrando y
saliendo, quizá otras cosas más. Desde mi visión, la valentía para enfrentar
cambios estructurales y culturales es un logro.
A
propósito de la reducción de multas
a vehículos mal estacionados
hoy en la
Rumipamba y Amazonas
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Y
hablando de logros… me da pena que la ciudad sienta que es un logro bajar
impuestos cuando el logro, desde mi visión, es no cometer infracciones. Me da pena que se cuestione los estudios de
Metro Madrid, cuando este es uno de los metros más modernos y organizados de Europa.
Me da pena no se exija con más vehemencia la construcción del Metro. Me da pena
saber que estábamos tan cerca del cambio, pero sobre todo
me da pena el poco análisis que nos hacemos los Quiteños sobre el rumbo, los
intereses y el avance de nuestra ciudad.
Que absurdo es dejarse encantar
por los muchos colores de un partido, que absurdo es dejarse encantar por las
cuatro palabras vacías de la autoridad, que absurdo es ver la complicidad de
los medios en todo ese vacío argumental. Que absurdo es imaginarse a Quito, por
segunda vez consecutiva mejor destino turístico, sin su Metro.