No sé si a ustedes les pasa lo mismo, pero para mí, las cosas se vuelven aburridas
cuando se convierten en una obligación, y muy a mi pesar me temo que esta es
una de esas ocasiones. Cuando empezamos este blog, de manera voluntaria ante un
grupo de amigos acepté gustosa el papel de escritora “residente” y dedicaba las
mejores horas de mi ocio a plasmar unas pocas líneas. Este blog nació como un
esfuerzo enteramente ciudadano de un grupo de amigos frustrados con el cambio
que tomó la ciudad y dispuestos a reflexionar sobre Quito; no ha sido fácil,
hemos enfrentado el ataque de los “defensores” de la gestión del Municipio de
Quito, quienes ante la falta de argumentos han optado por atacarnos de manera
personal; sin embargo no hemos perdido nunca la fe y la convicción de que ésta
es una ciudad en la cual vale la pena vivir.
Conforme ha pasado el tiempo nosotros también hemos crecido, y lo
que empezó como una iniciativa de 4 amigos, hoy cuenta con el apoyo voluntario de
muchas personas más, y esto hace que nuestro esfuerzo de convertirnos en una
ventana para mirar Quito sea mucho más exitosa. También fue necesario poner un
poco de orden y aún cuando a ratos perdimos la ingenuidad que nos caracterizó
en nuestros primeros días, hemos ampliado nuestro rango de acción, tenemos
muchos más seguidores en facebook y en tuiter (para los mal pensados cuando nos
hemos promocionado no hemos recibido el apoyo de nadie y lo hemos hecho como
parte de una decisión del grupo) hay más gente de esa de carne y hueso (aunque
insistan en llamarlos trolls), que nos ven como un sitio donde ventilar sus
problemas y sus quejas con la administración municipal, a todos ellos un
infinito gracias y esperamos no desilusionarlos.
Mi compromiso con este proyecto ha sido completo, sin embargo tener
un blog es un esfuerzo no solo de disciplina, sino más bien de infinito respeto
con los lectores que esperan (o que al menos así uno quiere creer) puntualmente
la publicación de los desvaríos. Hubo semanas en las que la inspiración me
abandonó y produje textos que son un reciclaje de los anteriores (lo sé no
crean que no me di cuenta), así mismo hubo días en los que la pasión por tener
una mejor ciudad, me movió a producir mis mejores textos. Ahora es
tiempo de seguir adelante, no quiero decir que he perdido mi vocación de
colaborar con esta maravillosa iniciativa, pero mi tiempo al menos al frente
del blog ha terminado. En las últimas
semanas otras personas han escrito y estoy segura que le han dado una visión
más diversa a lo que tiene que ser un
colectivo pluralista.
Para mí esto no puede ser una obligación o pierde toda lógica. Así
que por ahora me despido. ¡Hasta luego!
Rocío Pérez