El desarrollo de
las diversas manifestaciones artísticas encuentra en el espacio público un
lugar natural para su exposición; por un
lado por su facilidad de acceso y por otro para que la ciudadanía esté expuesta
de manera más directa al arte.
Es evidente que acercar
el arte a la ciudadanía es uno de los objetivos de la Secretaría de Cultura de la
alcaldía de Quito; y por tanto se
entiende que no se trata solo de incluir
piezas artísticas como parte del ornato de la ciudad; sino de generar espacios interactivos y con muestras
itinerantes en los renovados espacios de la ciudad –bulevares, plazas y
parques- para el disfrute de todos.
Llevar arte fuera
de los espacios tradicionales (museos, galerías, ente otros), también es una
manera de otorgarle un valor agregado; si bien se cierto, muchas veces responde
a acontecimientos coyunturales y por ello puede tener implícito un mensaje político y generar reflexiones estéticas e ideológicas, y aunque sabemos que el
arte no es sinónimo de belleza (muchas
veces puede no ser “bonito” en los términos que entendamos como “bello”),
también es cierto que al estar en el espacio público tiene una alta exposición
y por tanto hay que pensar en las repercusiones que pueda tener.
Esta semana vimos
con asombro algunas fotografías de la muestra Sucede cuando callamos, inaugurada por la Alcaldía en el bulevar de
la Naciones Unidas, que pone en evidencia la violencia en contra de la mujer. Como he dicho no tiene nada que ver con algo
bello o no; pero habían fotografías que rayaban en lo obseno, con mensajes de
pedofilia y bastante burdos, que resultaron ofensivos para muchos. Acaso ¿Queremos
ver a nuestros hijos expuestos a estos mensajes? Es evidente que no.
A través de Nuestro
Colectivo ciudadano en redes sociales, QuitoVigila logró que las autoridades
municipales escuchen el reclamo y optaron por retirar tres de las fotografías. Aplaudimos este gesto y nos sentimos afortunados de que podamos aportar a que el clamor
ciudadano sea tomado en cuenta.
No sé bien quién
será el curador de esta exposición, pero evidentemente es responsabilidad de la
Secretaría de Cultura tener un poco más de cuidado cuando se expongan piezas
artísticas con contenidos que nos son para todo público. No se trata de
censurar el arte, se trata de aportar a la construcción de una ciudadanía que
tenga la capacidad de disfrutar del arte en los espacios públicos, pero siempre
dentro de un margen de respeto y tolerancia.
Gigi Briceño