Escribo
estas líneas mientras desde mi ventana observo el cerro del Auqui calcinado y
luego de haber estado todo el día envuelta en una nube densa de humo que ya
resulta desgraciadamente normal en Quito en los últimos días; los incendios
forestales no son nuevos en la ciudad. En la última administración municipal se
quemó en un solo incidente el 8% de la superficie total del Parque
Metropolitano en lo que fue un incendio provocado. En esa ocasión fue necesaria
la colaboración de más de mil efectivos de distintos organismos de socorro y el
uso de equipo especial para sofocar el incendio.
Solo
ayer en Quito hubo 19 incendios activos, sumiendo a la ciudad en una gran nube
de humo. Nuestros valientes bomberos
acaban de sufrir la pérdida de 3 miembros que murieron combatiendo las llamas.
Dos de ellos tan jóvenes que ni siquiera habían acabado su entrenamiento. El
Municipio de Quito deberá a futuro explicar la razón por la cual los cadetes
estuvieron en el lugar más peligroso del fuego.
No
es el momento de buscar culpables es cierto, sin embargo estoy tentada a
recordarles lo rápido que pasaron juicio
en contra de Augusto Barrera por un incendio comparativamente de menor impacto
pero mediáticamente mejor cubierto; sin embargo, no voy a hacerlo (más de las
líneas que ya le dedico aquí). Lo que resulta importante es evaluar la acción
de nuestro personero municipal, en el incendio en Guápulo que inició ayer a las 9 am aproximadamente y se esperó hasta la tarde para solicitar el apoyo de la
Policía Nacional y las Fuerzas Armadas. ¿Por qué tomo tanto tiempo? Hoy estoy indignada, no puedo si no pensar
que el tiempo se le fue en ir al lugar del incendio a posar para sus cuentas de
redes sociales mientras la ciudad ardía en llamas.
Mientras
escribo estas líneas lucho entre la indignación y la obligación de mantener una
postura más centrada (por eso es que quizás este escrito hoy resulta tan
caótico, les pido disculpas desde ya). Hace dos años Mauricio Rodas criticaba
presuroso la gestión de Augusto Barrera en el tema de incendios, se lanzaba entonces
las ideas de corredores para frenar el avance del fuego y del plan de
guardaparques que luego se materializaron en su plan de trabajo una vez que
ganó las elecciones. Hoy parece que nada de lo prometido se ha cumplido. Perdón
pero no puedo acabar siendo positiva. Tal vez con el reconocimiento a los
héroes (policías, bomberos, funcionarios municipales) que arriesgan su vida
para apagar los incendios me puedo quedar algo más tranquila.
Rocío Pérez