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domingo, 24 de julio de 2016

Error vial Guayasamín




Como error vial Guayasamín han calificado los detractores a la obra municipal “Solución víal Guaysamín” que consiste en un gran intercambiador que se construirá sobre la Plaza Argentina y que tiene como objetivo constituirse en una nueva vía que conecte el valle de Tumbaco con el centro norte de la ciudad de Quito. 

Desde que el municipio capitalino dio a conocer el proyecto hace un par de meses, las quejas y molestias no se han hecho esperar. No solo son los vecinos afectados, tanto del barrio Bolaños que se quiere desalojar, sino también de la ciudadanía en general que ve en la construcción de esta obra un despropósito para la ciudad.

Se han organizado algunos foros con arquitectos y urbanistas a fin de analizar la manera en que se adjudicó la obra, si existieron los estudios necesarios, si realmente es una obra fundamental para Quito y si los $131 millones que costará y que serán recuperados en un periodo de 30 años posteriores a la ejecución de la obra son pertinentes en momentos de austeridad. Por cualquier lado que se ha tratado de analizar esta obra y de tratar de encontrar los puntos positivos, se hace cada vez más evidente que el beneficio es mínimo y será a corto plazo.

En el último foro realizado la semana pasada en la Universidad Central, se contó con la participación de arquitectos, urbanistas y la vicealcaldesa Daniela Chacón, quien ha manifestado públicamente que se debe suspender la obra.  Es evidente que si la segunda al mando del manejo municipal alega que no se le han entregado los estudios, que se esconde información y que además no se hicieron las consultas debidas al Concejo Metropolitano y por lo tanto se opone a la ejecución de la obra, vemos un serio problema de manejo político más allá de las decenas de falencias técnicas de las cuales ya han hablado en infinidad de veces los expertos.

El urbanista y arquitecto Fernando Carrión, aseguró que no es un problema solo de transporte, es un problema de ciudad y como tal se debe observar de qué manera se articula esta construcción a los ejes centrales de Quito, cosa que a su criterio no sucede.

Mientras que las grandes metrópolis están destruyendo los pasos a desnivel y encontrando nuevas soluciones a la movilidad, resulta inaudito que Quito se enfrasque en un proyecto de esta índole, que a criterio de la propia empresa constructora aliviará el tránsito por apenas seis años. ¿Es decir en poco tiempo estaremos otra vez con un cuello de botella en el corazón de la ciudad y con una deuda a pagar en 30 años?

Reconocemos que urgen las soluciones viales en la ciudad, que Quito no fue concebida para albergar un parque automotor tan grande (y que sigue en aumento), pero también conocemos de otras ciudades que han logrado mejorar los sistemas de movilidad con alternativas menos invasivas, menos costosas y a largo plazo. Impulsar medios de transporte alternativos, compartir automóviles, mejorar las rutas del sistema público de transporte, en fin, son medidas que deben adoptarse de manera urgente si queremos una ciudad habitable a mediano y largo plazo.

Gigi Briceño