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viernes, 26 de agosto de 2016

Concejo Metropolitano con nula representatividad


La semana pasada nuevamente causó revuelo en el Municipio capitalino la salida de la vicealcaldesa Daniela Chacón y su desafiliación de SUMA, partido por el cual fue escogida. Es la quinta concejala en independizarse en los dos años que lleva instaurado el Concejo Metropolitano, tomando en cuenta la renuncia de Antonio Ricaurte. Tal parece que este Concejo no logra una cohesión para trabajar en pro de la ciudad, cada concejal está velando por cuidar su nicho de poder y poco vemos de su trabajo efectivo en beneficio de la ciudad y los ciudadanos que los eligieron para ocupar estos cargos. Lo que sale a la luz para la opinión pública son las desavenencias políticas al interior del Concejo, los escándalos de faldas y los camisetazos. Un vivo ejemplo de cómo eran los diputados en el antiguo Congreso Nacional.

El Concejo escogido en las elecciones de 2014 sufrió algunas variaciones a los anteriores: se aumentó en número, se dividieron en zonas para tener mayor representatividad (5 concejales por el norte de la ciudad, 5 por el centro y 5 por el sur y 6 Concejales por las parroquias rurales, un total de 21). De los 21 concejales 11 fueron escogidos de Alianza País (AP), 9 de SUMA y 1 de CREO. A pesar de que aparentemente Alianza País tendría mayoría en el Concejo y podría equilibrar la balanza entre un alcalde de otra bancada y el Concejo Metropolitano, esto en la práctica no ha sucedido en los más de dos años que llevan ejerciendo funciones. Con la desafiliación de Eddy Sánchez y Karen Sánchez, AP quedó sin mayoría. Pero no solo hubo desacuerdos en la bancada oficialista, el propio alcalde Rodas se ha ido quedando sin sus adeptos. Ivonne Von Lipke y Sergio Garnica fueron los primeros en separarse de la alianza SUMA-Vive. Antonio Ricaurte, una de las figuras que dio impulso a Rodas para su elección renunció por un “escándalo de faldas” que protagonizó con la concejala Carla Cevallos y; más recientemente la segunda al mando de la alcaldía, Daniela Chacón no solo que renunció a su cargo, sino que se desafilió de SUMA, el mismo día que en la prensa se publicaron fotografías de ella junto al banquero-candidato Guillermo Lasso.

Y si pensábamos que el Concejo iba a tener momentos de calma y de retorno al curso de su razón de ser, nos equivocamos. Esta semana debían escoger un nuevo vicealcalde, alguien que reemplace a Chacón, que sea el segundo al mando, de confianza del alcalde Rodas. Para asombro de todos, cuando pensamos que iba a ser alguien de la bancada de SUMA, por evidente lógica, resultó escogido el único concejal que tiene el partido del banquero Lasso, Eduardo del Pozo. ¿Qué pasó con los 9 concejales de AP que ni siquiera propusieron un candidato? ¿Qué pasó con los independientes, con el propio partido del alcalde que mocionaron a Del Pozo, teniendo otros cuadros que podían ocupar ese puesto? Aquí hay gato encerrado definitivamente. Es evidente que los manejos políticos que se están dando por debajo de la mesa a pocos meses de las elecciones presidenciales, están saliendo a flote en el Municipio. Estas actuaciones nos dan mayor claridad, pero también más incertidumbre. ¿Será que Rodas está pensando seriamente ser el binomio de Lasso y dejar encargada la Alcaldía a Del Pozo? ¿Eso queremos los quiteños, que se quede de alcalde un segundón, que nadie eligió para guiar los destinos de nuestra ciudad? El mandato dice claramente que el Concejo Metropolitano de Quito “ejerce el poder legislativo del Distrito Metropolitano de Quito para expedir ordenanzas, resoluciones y acuerdos”, esa es su misión, esa únicamente, no aprovechar la coyuntura para hacerle el juego a los partidos políticos a puertas de una nueva elección.


Gigi Briceño