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miércoles, 17 de agosto de 2016

Gato por liebre


Así como decían las abuelitas cuando se sentían engañadas, que les habían “dado gato por liebre” nos sentimos los quiteños con la Solución Víal Guayasamín. Sabíamos que era un proyecto sin pies ni cabeza, que estaba causando bastante rechazo de parte de los pobladores afectados, tanto del barrio Bolaños como de los moradores de la Plaza Argentina, sabíamos también que se hicieron una serie de foros con arquitectos y urbanistas y ninguno veía el más mínimo beneficio para los quiteños de semejante obra. Fueron varias quejas, manifestaciones y foros, la propia Vicealcaldesa y adepta del alcalde Rodas, Daniela Chacón, públicamente dijo que estaba en desacuerdo con el proyecto, y peor aún, que ni a ella ni ningún concejal se les había dado información acerca de los estudios preliminares y la viabilidad del proyecto.

Con este escenario tan confuso y como el alcalde estaba perdiendo popularidad resulta que hace pocos días se anuncia (luego de que el contrato por 131 millones ya fuera adjudicado y entrado en ejecución) que la Solución Víal Guayasamín va a sufrir modificaciones en vista del clamor ciudadano. ¡Será posible que se pueda hacer semejante absurdo! Ahora resulta que ya no van a hacer el puente elevado, porque como lo dijeron en innumerables ocasiones los urbanistas y como lo dice el propio contrato de la constructora china adjudicada (China Road and Bridge Corporation), esta construcción apenas aliviará a la ciudad por unos pocos años, pero sobre todo que en una era en que se está tratando de hacer todo lo contrario, se están derrocando construcciones de esta naturaleza por considerarlas de poca utilidad, el alcalde se empecinaba en decir que “los estudios si existieron” y que es la mejor solución para la interconexión del valle de Tumbaco con Quito. Ahora resulta que no, que ya no se va a hacer el puente a desnivel y que solo van a hacerse puentes deprimidos y otra serie de modificaciones. ¿Será que una empresa extranjera seria con un contrato firmado acepta semejante cambio? Creraá el alcalde que nos comemos ese cuento? ¿Sin costos extras, sin chistar? 

Pero eso no es lo peor del asunto, porque a fin de cuentas si se logra hacer una obra que nos beneficie y no perjudique a nadie no estaría mal, lo descabellado es que ahora el discurso es totalmente otro. Cuando se dijo que el barrio Bolaños estaba en peligro, que la gente debía desalojar, ahora en la nueva propuesta el propio Secretario de Movilidad, Darío Tapia dice en una entrevista en televisión que “el barrio Bolaños contará con servicio de transporte” gracias a esta modificación. ¿No habían dicho que estaban en zona de peligro? Ahora resulta que se les va a mejorar las condiciones de acceso y que sigan nomás viviendo en la quebrada? ¿Qué cambio? ¿Ahora ya no es peligroso vivir ahí? 

La propia Daniela Chacón también se sigue quejando (con justa razón) porque esta nueva reforma tampoco cuenta con estudios. Se la sacaron de la manga cual payaso en espectáculo de variedades las “adecuaciones al proyecto”. Sin estudios, simplemente se les antojó hacer el cambio ante el “clamor popular”. 

Como si los quiteños fuéramos tontos y no nos pusiéramos a reflexionar estas cosas, como si fuera tan fácil como un capricho del alcalde, como si hacer cambios estructurales que tendrán consecuencias a largo plazo se hicieran entre gallos y media noches. ¡No señor alcalde exigimos más respeto a la inteligencia de los quiteños! Claro que queremos obras, claro que queremos soluciones, pero no a este costo. Son 131 millones señoras y señores no es cualquier pelo de cochino. 

Solo exigimos más respeto, no nacimos ayer señor alcalde. Queremos saber si hay estudios para esta nueva reforma, si no hay un nuevo costo con estos cambios y que sea honesto con quienes lo escogimos como nuestro representante. 

Laura Mejía