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miércoles, 14 de septiembre de 2016

Quito indignado


Quienes conocemos y hacemos buen uso de las redes sociales sabemos que hoy en día se han convertido en los mejores mecanismos o herramientas para expresar de manera rápida, clara y directa cualquier tipo de sentimiento que nos aqueje hacia una persona, institución o tema coyuntural, de cualquier grado de importancia o jerarquía, bueno o malo, da igual, el mensaje es inmediato al igual que la respuesta en la mayoría de las publicaciones “tuit o post” realizados. 

Hago esta introducción porque hace días circulan tanto en twiter como en facebook, publicaciones acompañadas de las etiquetas #QuitoIndignado y #UIO14S que además de publicar mensajes, fotos, videos y convocaron a una jornada de protestas este día. El objetivo: unirse de todos los frentes posibles en un fuerte y sólido reclamo ciudadano para evidenciar que los quiteños estamos seriamente enojados por algo que es el común denominador de los ciudadanos: el trato que han recibido por parte del Municipio y su principal representante, el alcalde Rodas. 

No me llama la atención que los quiteños estemos indignados, más de dos años pasaron sin respuestas efectivas por parte de un Municipio y su alcalde dedicados evidentemente a otros intereses, hacer de la alcaldía un trampolín para alcanzar la presidencia. 

Cómo no indignarnos ante las cifras reveladas hace pocos días por un Concejo Metropolitano donde se evidencia claramente la pobre o ninguna ejecución de presupuestos paras obras prioritarias en los barrios de Quito. En cinco de las ocho administraciones zonales se reporta el 0% de presupuesto ejecutado. Ya parece ser con dedicatoria al sur de la ciudad, donde la administración de Quitumbe no cuenta con ningún presupuesto comprometido a diferencia de todas las demás, es decir, el sur no cuenta en los planes del alcalde. Cifras que revelan la pésima administración con la que cuenta hoy la ciudad. Una administración enfocada únicamente en la novelería de la pista atlética de un parque, en la novelería de los palitos estériles de colores plantados a diestra y siniestra por toda la ciudad, y no en las obras emergentes que merecen los quiteños para una vida digna y menos aún en las obras de gran magnitud que tanto se necesitan. 

Uno de los temas que más duele y que creo ha sido el detonante de este clamor es el de las más de 900 familias del proyecto social Ciudad Bicentenario que reclaman a diario fuera del Municipio por la entrega de sus viviendas, que son el trabajo y el esfuerzo de toda su vida sin encontrar respuestas efectivas. Las familias han expresado la manera en que fueron perjudicados; cancelaron la totalidad del valor acordado cuando inició el proyecto y a pesar de ello, algunos de los bloques de viviendas están terminados mientras que otros no han iniciado. El desgaste económico de los más de 1 300 quiteños afectados no logra causar ni la menor picazón en una administración que pretendería ajustar con la mayor frialdad indiscriminadamente el costo de las viviendas. Entre plantones y protestas muchos fallecieron sin realizar el sueño de lograr una vivienda propia: “Rodas escucha, Bicentenario está en la lucha” es el grito de impotencia que retumba. 

Al clamor se unió hoy el grito de los moradores del barrio Bolaños, que se open a dejar sus viviendas por la construcción de la mal llamada Solución Guayasamín, un proyecto que surgió como un salvavidas para un alcalde al que le urgía justificar su trabajo de dos años y la proximidad electoral. Un proyecto sin pies ni cabeza que pretende borrar de la noche a la mañana un asentamiento que surgió en los años 20 con el esfuerzo de humildes moradores que edificaron sus hogares en una ladera junto al túnel Guayasamín Lo que más indigna a los moradores de Bolaños es que se enteraron que tenían que abandonar sus hogares por los medios de comunicación y no por un diálogo directo con la alcaldía. De acuerdo al plan municipal se ejecutarían expropiaciones de sus terrenos, obligándolos a migrar a un destino desconocido y a la separación de sus familias. Indigna la falta de socialización, indigna el desconcierto ante un futuro incierto, indigna el poco tino y falta de humanidad, son familias las que están en juego y no simples terrenos como los llama el Municipio. 

Con carteles en mano, desde hace varios meses todos los jueves en la Plaza Argentina expresan a través de consignas, su rechazo al proyecto, y a la decisión del alcalde Mauricio Rodas, de no ofrecerles solución. "El Alcalde quiere perder al barrio Bolaños, pero no vamos a salir" dicen los vecinos con justa razón. Quito está indignado porque el alcalde pretende imponer su voluntad lejos del bienestar ciudadano, no solo el “Error Guayasamín” (como lo llaman los detractores) es una de sus más grandes desaciertos, a este se suman los famosos Quito Cables, el proyecto que genera el descontento en gran parte de los quiteños que no ven en esta infraestructura ningún beneficio, ningún ahorro de tiempo para llegar a sus trabajos o a sus hogares, sino más bien una obra de alto costo destinada al fracaso y que pretende también despojar de sus viviendas a moradores del barrio San José del Condado establecido hace más de 50 años en el sector, quienes reclaman desconocimiento absoluto de su posible futuro en manos de una alcaldía que actúa sobre la base de su propio beneficio.

Con una multitudinaria marcha, pitos y carteles hoy se unieron miles de voces que rechazan una mala administración que sacrificó obras de beneficio para la ciudad. Se convocaron estas y otras organizaciones que reclamaron al alcalde no más impunidad, no más ofrecimientos incumplidos, hoy los quiteños fuimos a decirle al alcalde Rodas que estamos indignados y que ya basta de una gestión ineficiente. Hoy no solo salimos a la calle cientos de quiteños indignados, las redes sociales fueron el espacio propicio para que se escuche la voz de un buen grupo de quiteños. No son dos o tres quiteños o grupos minúsculos como los llama el alcalde, son cientos, son miles de ciudadanos inconformes que se suman a una sola protesta, la de rechazar y exigir una administración responsable y capaz de solucionar los problemas que los aquejan, una administración que no trate de imponer la imagen de un partido. Todos queremos vivir mejor y queremos una ciudad digna y solidaria.

Kevin Tello