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miércoles, 21 de septiembre de 2016

Patrimonio en peligro



Hace pocos días se celebraba en Quito un año más de la declaratoria de la ciudad como primer Patrimonio Cultural de la Humanidad.  Revisando la historia de cómo se dio este importante nombramiento, encontramos que en 1978 (año de la declaratoria) postularon 69 ciudades, de las cuales fueron escogidas Cracovia y Quito como las primeras ciudades en tener esta distinción por parte de la UNESCO (Organización de Naciones Unidas para la Ciencia, Arte y Cultura). Entre algunos de los criterios que incidieron para que se escogiera a la capital de los ecuatorianos con tan distinguido nombramiento,  es tener uno de los cascos coloniales más grandes y mejor conservados de Latinoamérica.

Reconocer que el Centro Histórico es una joya intocada sería un sinsentido, a pesar de estar patrimoniado, a pesar de tener un altísimo valor para la memoria histórica del Ecuador, el Centro Histórico, hay que reconocerlo, es un centro vivo, que alberga cientos de locales comerciales y que al encontrarse en el corazón de la urbe es el núcleo que conecta el norte con el sur de la ciudad. Entendemos que estos fueron algunos de los criterios que se utilizaron para decidir que debía tener una estación del metro y que el trazado se debía hacer por esta zona.

En vista de que esta área de la ciudad tiene el componente patrimonial, el Municipio debió hacer costosos estudios y tener el aval de la propia UNESCO antes de decidirse a intervenir la Plaza San Francisco (lugar donde se hará la estación del Centro Histórico) y empezar los trabajos de excavación. En teoría no había peligro alguno de intervenir el patrimonio y perjudicar nuestro apreciado nombramiento, por lo menos eso fue lo que se nos dijo a los quiteños.

Resulta que luego de meses de haber empezado los trabajos de construcción del metro y haber desmantelado por completo una de las plazas patrimoniales más grandes del país, descubren que hay vestigios arqueológicos bajo tierra. No nos asombra este hecho en particular, conocemos que los españoles construyeron sus iglesias y plazas encima de los templos incásicos en señal de imposición de su nueva cultura y religión, tenemos varias muestras de ello como en el Zócalo de ciudad de México,  lo que asombra luego del hallazgo que salió a la luz pública ayer, cuando la propia empresa del Metro de Quito anunció que se encontraron vestigios arqueológicos es que el INPC (Instiuto Nacional de Patrimonio) será quien debe determinar más o menos si se sigue o no con lo planificado o solo son vestigios que datan de hace pocos años y en ese caso su valor patrimonial no sería relevante.

En una obra como el metro de Quito, que tuvo tantas complicaciones para encontrar financiamiento, de la cual se hicieron múltiples estudios de impacto patrimonial tanto en la anterior administración como en la actual, que se tuvo que tener el aval del Comité Patrimonial Mundial para lograr su ejecución resulta que luego de tantas vueltas empezó su ejecución a un costo millonario que dejará endeudados a varias generaciones de quiteños, pero que sin embargo se vislumbraba como algo positivo a largo plazo para resolver el tema medular de la ciudad de Quito: la movilidad.

Por tanto, nos parece inverosímil que el alcalde haga esta mañana declaraciones bastante escuetas que dicen que están esperado el “Informe de prospección” del INPC, que está analizando un “informe de 700 páginas” que recién entregó la empresa del Metro hace pocos días, donde entre otras cosas resaltó el alcalde Rodas, se encontraron monedas de 10 centavos de sucre, restos plásticos y tuberías, con lo cual se presume que son vestigios de hace cuatro décadas apenas y que por tanto no habría valor patrimonial alguno.  Me resulta más que preocupante escuchar estas declaraciones del principal responsable de la obra quien minimiza completamente el hallazgo.

Estaremos vigilantes de lo que dictamine el INPC y esperamos que el Municipio capitalino sea respetuoso del patrimonio cultural hallado, que las excavaciones se hagan con criterios técnicos y sin la famosa tuneladora que destruirá todo a su paso.  Tener un sistema como el metro es importante para la ciudad, lo hemos dicho en otras ocasiones, el problema es ¿a qué costo? No solo el costo financiero sino el costo del patrimonio material de perder lo que por siglos se ha preservado para la memoria y el  legado histórico del Ecuador. Nuestro patrimonio está en peligro y debemos alzar la voz para lograr que se respete. 


Miguel Jiménez