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sábado, 27 de junio de 2015

Yo no me agüevo, carta abierta


Estimado Mauricio,

Estaba pensando empezar esta carta como las otras veces; “me atrevo a escribirte” sin embargo esto ya no es un atrevimiento más bien forma parte de lo que tú mismo has catalogado  (insistentemente últimamente) como un diálogo “sin condiciones” así que aquí va la primera parte de mi diálogo.

Pensaba no hacer referencia a tu performance de ayer en la Shyris pero por otro lado una actitud tan ensayada (sin embargo aparentemente caótica y aleatoria) merece hacerlo iba a dedicar esta misiva a hablar sobre el metro (del cual todos parecen querer bajarse) sin embargo eso queda para otra entrega.  Ayer, en Guayaquil Jaime Nebot hizo gala una vez más de lo que le ha caracterizado en todos estos años en la política y que es su capacidad de convocatoria y el uso de lugares comunes en cada una de sus presentaciones y que no son más que la reedición (mucho más pobre) de lo que hacía León en su época.  Nebot hizo nuevamente referencia a lo folclórico de la concepción de masculinidad (especialmente en Guayaquil) con frases tales como que el Presidente quiere hablar con voz de machito, como la suya.

Al terminar la concentración en la 9 de Octubre en Guayaquil se reeditaba la concentración en la Shyris en Quito (con los mismos jugadores de los últimos días, así, hacía su aparición Andrés Paez, Milton Castillo, César Montúfar) y varios cientos de Quiteños que asistían motivados por lo que consideran afecta a sus intereses, la mayoría porque ven en este momento la posibilidad que tanto han querido en los últimos años y que es deshacerse de Correa y otros pocos porque incluso un líder tan carismático como Correa sufre desgaste en 8 años de gobierno. Me voy a atrever (aquí sí) a jugar con la hipótesis de que tu salida respondió a la exigencia del Alcalde de Guayaquil y a varias personas más para así terminar de dar ese “apoyo” a la gente que estaba en la Shyris, entonces así a ratos cómodo a ratos perdido pronunciaste el “Yo no me agüevo” como en su momento lo hizo León y hace un par de días Guillermo Lasso, pero como te vi algo perdido voy a contarte algo; en la Costa eso de no “agüevarse” implica el carácter situacional y contextual de la viralidad, en otras palabras ser tan “macho” que los huevos te permiten enfrentar cualquier situación (casi siempre con violencia).

Pero vamos más atrás, ese “Yo no me agüevo” de León no fue el fruto de un exabrupto sino una respuesta a una masa arengada durante días y luego insuflada por la misma prensa que había relatado la acción del “burgomaestre” como si se tratara de una contienda pugilísitica, y que mientras afuera le reclamaban “León no te ahueves”, adentro se movían todas las piezas para el discurso desde el balcón. Para el contexto Guayaquileño esencialmente de la clase dominante se duda siempre de su masculinidad (León y Lasso son exponentes claros de lo que significa ser clase dominante) y por tanto el grito de “Yo no me agüevo jamás!” implicó la confirmación ante quiénes participan del show  de ser lo suficientemente macho para enfrentar cualquier cosa .

Eres el primer político Quiteño que se ha aventurado a lanzar aquella frase (no me malinterpretes no es algo para vanagloriarse) pero creo que no estabas al tanto de lo que implica, la política es probablemente uno de los escenarios más machistas de la sociedad donde uno se debe probar lo suficientemente macho (independientemente si eres mujer) para enfrentar cualquier cosa, la feminidad es cuestionada y no casi nunca se la acepta del todo.

Mauricio, sin embargo hay una pieza que se te escapa en todo este tema, tu papel (a diferencia de un animal político como Nebot, de un banquero como Lasso o de un golpista frustrado como Paez) es el de ser un administrador de la ciudad, fue para eso que se te eligió, para eso quienes votaron por ti depositaron su confianza. Por favor no lo olvides, Quito merece un administrador público no uno que se lanza cualquier declaración sin beneficio de inventario y que calcula movimientos solo porque es conveniente

Como siempre, con respeto


Rocío Pérez