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martes, 21 de abril de 2015

Gonzalo Rosero o de la expresión máxima de la “luna de miel”


Estimados lectores, decidí hacer el ejercicio de escuchar la entrevista de Gonzalo Rosero con Mauricio Rodas del 20 de abril. Se trata de un poco menos de una hora en la cual el conductor se mueve entre su deseo de salvar al entrevistado de lo que considera una “gestión de buena voluntad” (el viaje a Roma) y conseguir una respuesta pasional ante lo que Rosero califica como “intentos de pelea” de Rafael Correa contra Mauricio Rodas. Confieso que hace años que no escuchaba a Rosero por eso me atrevo a decir que aún cuando siempre fue propenso al extravío a la hora de realizar sus introducciones ésta debe calificar como una de las peores; confunde a su entrevistado refiriéndose a él en dos ocasiones como “Alcalde Ricaurte” y se pierde a la hora de explicar cómo a su juicio, Rodas no tenía por qué pedirle permiso al Presidente para su periplo por Roma sobre todo cuando a juicio de Rosero se trataba de una decisión tomada en “asociación de ideas” ya que la escala en Roma desde Kenia le resultaba indispensable para regresar a Quito.

El Alcalde haciendo gala de la enorme dosis de positivismo que le caracteriza sostiene que tiene “muy buenas noticias para los Quiteños” y que prefiere hablar sobre su visita a Kenia y el rol que Quito y en su caso las administraciones locales jugarán en la próxima conferencia de Hábitat III. Rodas, como ya nos tiene acostumbrados, en ningún momento tiene el buen tino de aceptar que si bien es cierto esta conferencia se realiza cada 20 años, la decisión de hacerla en Quito no fue mérito de la actual administración. Parece que para el Alcalde cualquier cuestionamiento son “discusiones estériles” y más bien hay que alegrarse (positivo siempre positivo) que varias autoridades internacionales vendrán a Quito para ver lo que el Alcalde categoriza como “un modelo de movilidad sustentable”. Rodas explica (recién al minuto 7 de la entrevista) que el objetivo de ir a Kenia fue empezar la construcción de la agenda común para las discusiones que se llevarán a cabo en Quito. Lo que no explicó es que también María de los Ángeles Duarte asistió como la verdadera contraparte de la conferencia en el Ecuador.

Rosero continúa discurriendo sobre las “fortalezas en materia monumental” y las deficiencias en temas de precaución de la ciudad para luego darse cuenta que su entrevistado hizo referencia a movilidad sustentable y abogar por copiar modelos exitosos de otras soluciones de movilidad en el mundo. Rodas realiza una explicación (simplista) sobre la visión de movilidad y sus soluciones que incluyen una bajo tierra; el metro, a nivel; el “nuevo trole” y una en el aire; los Quito Cables. El burgomaestre una vez más anuncia “una muy buena noticia para los quiteños” y es que a principios de mayo empezarán los trabajos para la construcción de las paradas de las dos líneas de en la Ofelia y en Solanda. Esta obra está a cargo de la Secretaría de Movilidad, en el Portal de Compras Públicas consta un proceso para la consultoría que defina la factibilidad del proyecto por algo menos de USD 60 mil y que está todavía a la espera de acuerdo. Los términos de referencia de esta contratación especifican que la PUCE tiene 35 días para entregar los estudios a partir de la entrega del anticipo (cosa que no ha sucedido) y que ahí se definirá el sitio exacto de entre otras cosas las paradas; entonces o el Alcalde ha descubierto la fórmula para ver el futuro o nos está mintiendo. Rosero ensaya una explicación sobre cómo los metro cables cubrirán todas las regiones de la ciudad y que irán desde “la Amazonía de nuestros valles” hasta las más altas  montañas.

Al minuto 20 retoman el tema de la visita a Roma, donde una vez más Rosero quiere salvar a su pupilo y repite la explicación de que el itinerario exigía una visita a Roma a lo que Rodas responde que fue su idea pasar por ahí para expresar la “emoción y la alegría por la visita del Santo Padre”. Rosero quiere aquí hacer que Rodas diga que el Presidente estaba mal informado con respecto al objetivo del viaje a Roma, pero el Alcalde no cae en el juego y desvía la atención hacia cosas que él considera realmente importantes como el tema de que el Pontífice aparentemente sabe de la existencia de Santa Marianita de Jesús (el positivo Alcalde infiere que el Papa resulta devoto de la santa Quiteña) y sostiene que es la energía del Papa Francisco el “catalizador” para la unidad del país, a juicio de nuestro positivo Burgomaestre temas como el porqué decidió ir resultan también estériles y nos desvían de la verdadera noticia que es la visita del Pontífice. Me pregunto si el Alcalde considera también estéril la pregunta sobre el papel que jugó su esposa en la comitiva que viajó a Roma o el del Secretario de Productividad y Competitividad del Municipio de Quito, quién tomó la decisión de que ellos formarían parte de la comitiva que acompañaba al Alcalde, sobre todo en el caso de María Fernanda Pacheco que no trabaja para el Municipio.

Rosero se desvive por su entrevistador y pronuncia un emocionado “me encanta escucharte Mauricio” y llega el momento cúspide donde agitado lo transforma en el representante de aquellos que no pelean (lectores no pelear también es una postura muy cómoda), de aquellos buenos “estadistas” y trabajadores. Rosero ya visiblemente confundido trata de hacer un recorrido poético y tortuoso sobre el accionar del taxista que fue arrastrado por la corriente del río el otro día en Quito (confunde tanto los nombres que al mismo Alcalde le resulta difícil seguir la línea de la discusión y termina diciendo que el “héroe” será reconocido como tal). Ya en el último punto del partido Rosero le sirve a Rodas para que responda lo relacionado con el tema del crédito con el BDE a lo cual Rodas insiste que la publicidad es un tema también estéril y que él se enfoca en solucionar los problemas de Quito, para lo otro tiene un equipo de gente que en pocos días más le permitirá dar “muy buenas noticias a los Quiteños” que supongo pasarán por jugar a una especie de figura conciliadora acallando el “capricho” del Banco del Estado y cumpliendo ésta vez sí lo que decía el convenio del crédito a fin de evitar reembolsarlo, lo que Rodas no explicó (ni su entrevistador preguntó) es cómo justificará el hecho de que compró los vehículos antes de que el BDE entregara los recursos incumpliendo otra de las clausulas del convenio.


Para mí no resultan preguntas “estériles” saber entre otras cosas el rol de María Fernanda Pacheco, para definir si es que por un lado ella siempre quiso conocer al Papa para que al menos me cuente si lo hizo con mis impuestos o si ella se financió su viaje; es mi derecho para saber si me debo sentir tranquila por haber satisfecho un deseo de tan buena católica o no. Y cuáles fueron los acuerdos a los que llegó el Secretario de Competitividad o si él también solo cumplió su sueño de conocer a la máxima figura de la Iglesia Católica. 

Rocío Pérez