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domingo, 8 de noviembre de 2015

Estimado Mauricio


Te escribo estas líneas con la confianza que me da la edad y sobre todo con el corazón destrozado por mi ciudad. No nací en esta ciudad pero me considero quiteña sobre la base que la gran mayoría de mi vida la he pasado aquí. Aquí me enamoré y luego me desenamoré, me casé, tuve mis hijas y luego me divorcié y empecé de nuevo. Como verás es en realidad en Quito donde mi vida ha tenido sentido y no me imagino viviendo en ninguna otra ciudad.

Te diría que detesto la política, pero estaría mintiendo, la política me apasiona con una curiosidad casi infantil, soy ante todo una ama de casa que se la pasa (ahora ya menos, gracias a todos los santos) llevando a mis hijas de un lado a otro, lo que me pone en el espectacular tráfico de Quito varias horas al día. Vivo en lo que solía ser uno de los barrios más tradicionales de la capital. Mis hijas aprendieron a manejar en las cuestas del barrio y si no hubo ningún accidente pues agradezco a aquella entidad que estoy segura las cuida.

Voté por ti te lo confieso, convencida que era hora de tener una nueva figura en la ciudad. Voté por ti no sé ni por qué, te vi joven y como un hombre de familia dispuesto a jugarse por la ciudad, sin embargo de a poco me fui dando  (como decimos en Quito) con la piedra en los dientes pero (cúlpalo a mi corazón de madre), busqué las razones para justificar tus tropezones, no puede ser fácil administrar una ciudad de este tamaño, de seguro también el gobierno central estaba resentido y te haría la vida complicada y quien sabe cuántas razones más busqué, pero lo cierto Mauricio es que me estoy quedando sin la voluntad de defenderte y ya ni yo misma me creo mis razones.

Con pesar veo una ciudad llena de grafitis, mientras las propagandas vacías de sentido (La nueva Carolina, los Quitocables) inundan la ciudad con los colores de tu partido. Una ciudad llena de basura, caótica, ruidosa, desorganizada. Ha coincidido en las dos últimas semanas que cuando he ido al Centro ha habido distintas protestas frente al Palacio Municipal y otras tantas en distintos puntos de la ciudad. Mauricio cuidado, si la cosa se te sale de las manos la gente se cansa de ofrecimientos vacíos y falta de obras. Ayer eran los taxistas ilegales, aquellos que vitoreaban un apoyo a tu gestión, me pregunto si hay algún ofrecimiento detrás y se viene un nuevo proceso de regularización. El sistema de transporte público es cada vez más caótico, sin embargo los dueños de los buses siguen recibiendo compensaciones por parte de nosotros los quiteños; trabajadores del mercado de Santa Clara se tomaron las instalaciones el otro día, mientras tú Mauricio te afanas en anunciar muy buenas noticias para los quiteños me pregunto cuándo será que se hacen realidad


Saludos,


Sofía Farina