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viernes, 18 de diciembre de 2015

Momento para la reflexión


Los días que quedan para acabar el 2015, son momentos que nos invitan a mirar en retrospectiva lo que ha significado el año en temas laborales, personales, familiares y por supuesto de cómo hemos visto la gestión de nuestra ciudad, de nuestro país y de lo que nos depara el año que viene.

Aunque siguen las protestas en el Municipio y la inconformidad de varios sectores, los ánimos se van calmando con la esperanza de que el nuevo año las cosas mejoren para todos. 

El fin de año es el momento de repensar en nuestras acciones. ¿Qué hacemos desde nuestro pequeño espacio de confort para aportar con un granito de arena por los menos favorecidos? ¿Qué hacemos por tener una mejor ciudad? ¿Somos mejores ciudadanos? No se trata solo de exigir nuestros derechos, que está muy bien, se trata de saber que también tenemos deberes que cumplir.  Cada año el espíritu navideño promueve este sentimiento de ponerse en los zapatos del otro; muchos en esta época realizan actos caritativos, entregan regalos y dulces por que la navidad finalmente es compartir y tener empatía con los demás. 

Si bien soy de las personas que no les parece que solo en diciembre nos debemos acordar que hay personas con carencias, sino que el voluntariado debería ser una acción permanente para quien realmente tiene ganas de ayudar; por lo menos creo que existen ciertos actos que nos reafirman que aún somos seres humanos y que podemos sentir empatía con aquellos que no tienen tanta suerte.


La ciudad empezó a caotizarse por el trajín propio del consumo, prácticamente entrar a un supermercado o centro comercial se vuelve una tarea titánica, pero Quito muestra una cara distinta estos días: algunos de vacaciones, otros haciendo balances de fin de año, el corre corre de las compras de último momento y por lo menos ya no encontramos los cientos de mendigos que venían del campo en esta época, gracias a campañas como “Da dignidad” que han logrado que la mendicidad se reduzca considerablemente. 

Pensar una ciudad ideal es responsabilidad de todos, tenemos que trabajar de la mano de nuestros mandantes, exigir que se cumpla lo que se ofrece, exigir que se respeten las leyes y ordenanzas, pero también poner de parte para lograr tener una convivencia pacífica. Los invito a ponernos esa meta este año que viene y que esta semana de trancones tratemos de aportar a respetar a los demás: respetar a los peatones, a los comerciantes; sentir empatía por el otro, valorarlo. No contribuir al caos y ensuciar, pensemos propositivamente en la ciudad que queremos construir para todos.
De parte de todos quienes contribuimos a este colectivo ciudadano ¡Feliz Navidad!

Gigi Briceño