Páginas

jueves, 31 de diciembre de 2015

TESTAMENTO DE QUITO VIGILA 2015


Hoy, con mis últimos respiros escribo estos desvaríos fiesteros y convoco a mis herederos a acoger mi testamento.
  • Queridos míos, llamo a un notario no adverso a mi modo de pensar, por lo que voy a testar de mi baúl, quiero a un escribano estelar. Hoy que me hago ceniza y humo mientras se agota mi vida y mis recuerdos se velan con la bruma de la espera,  con agotamiento dicto estas líneas para repartir un par de cachivaches con arte de cambalaches y chiste de aparejo.
  • Tranquilos mis chullas, tranquilos.  Llega mi fin pero sé que habrá quien me reemplace en esta tarea de vigilar por este Quito caótico, ruidoso, agotador, pero a la vez tan delicioso que me cuesta partir. Notario escriba, con letra clara que ya deliro.
  • Mis últimos esfuerzos se concentrarán en heredar a mis honorables hijos  un par de fijos elementos de sabiduría, para ver si con hidalguía, con talante y buena fortuna, impulsan este Quito para adelante, para que de buen talante peleen por un Quito para todos y no de algunos cuantos coloridos personajes.
  • Pero bueno no me pongo impertinente, señor Notario tome nota que empieza el reparto:
  • A mi hijo predilecto el Mauri le dejo una dosis de aguante para que vea que pasa cuando la gente exige, que sepa que el quiteño es bueno pero no pendejo y que si no se pone las pilas, la vida se le pasará por delante. Le dejo también una pala y un pico para ver si por fin empieza el famoso metro. Un Terruño para que aprenda que los colores de Quito son rojo y azul y no multicolor y a ver si así nos deja de pintar la ciudad y los servicios. Que se consiga un fotógrafo profesional, porque el que tiene no es muy bueno, ¿han visto las fotos?
  • A mi hija Danielita un poco de prudencia para que guíe sus trinos y que cuando decida lanzarse a la palestra lo haga por causas que valen la pena, por ejemplo mejorar la vida de los quiteños. Estoy tentado a dejarle algo más, pero la muchacha pilas terminará quitándole algo al Mauri y se las arreglará.
  • A mi Anabelita la más bonita, le dejo un poquito de coraje para ver si termina de lanzarse de una buena vez a defender a esta ciudad y una velita para que se ponga aún más bonita.
  • A mis chicos Suma les dejo un ábaco para ver si entienden la diferencia entre la suma y la resta, operaciones básicas que al parecer les resultan extrañísimas. Para Carlita un libro de Simone de Beauvoir (perdón me puse exquisito) para que sepa lo que significa abogar por el feminismo. 
  • A mis Vive que andan un poco tristes por que perdieron la cabeza por un lío de faldas, les dejo un trompo y un balero para que salgan y desquiten la energía.
  • A mis hijos AP les dejo una dosis de unidad para ver si entre todos al fin se dejan de protagonismos individuales.
  • No crean que me he olvidado de la Mafer pero quería reservarle para ella algo especial, al fin y al cabo su labor es inmensa. Eso de lidiar con la figura (auto impuesta) de esposa ejemplar sin despeinarse ni manchar su traje sastre es un reto ejemplar,  por eso le dejo una suscripción a la revista Cosmopolitan para que aprenda que una mujer no vale por quien es su esposo y que si quiere llegar a una posición de poder puede hacerlo solita. 
  • Finalmente (pero no por eso los menos importantes), a mis quiteños del alma, les dejo enormes dosis de tolerancia, para aguantar las “muy buenas noticias” del Mauri, para que no les sorprenda cuando por arte de magia quiera convencernos de que es lo mejor que nos ha pasado y haya unos pocos que se crean el cuento.

Ya no puedo más, este año me ha desgastado entre saltos, brincos, optimistas y oportunistas, mis cansados huesos no dan más pero me voy tranquilo porque sé que mis quiteños y quiteñas seguirán cuidando de esta maravillosa ciudad y con la certeza de que el tiempo pasa y nada resulta eterno.
Me despido,


Año 2015