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miércoles, 4 de marzo de 2015

¿Cómo los espacios públicos hacen que las ciudades funcionen?

Ya en otras entregas en este blog hemos hablado sobre el peso del espacio público,  en  la  forma en la que funcionan las ciudades y sobre todo como ciudades planificadas que tienen  en cuenta a las personas son mucho más exitosas que aquellas que privilegian el uso  vehicular.



“Las ciudades son fundamentalmente acerca de la gente, dónde viven y dónde van” Amanda Barden, Jefe Planificación Urbana Nueva York, así, los espacios públicos de calidad mejoran la vida de los ciudadanos y son clave para planificar la ciudad, Barden durante su charla en TED relata su experiencia al frente del Departamento de Planificación Urbana de una de las ciudades más grandes del mundo y los retos que enfrentó al tratar de acomodar una población cada vez más creciente en un espacio físico limitado.

Para Barden espacios públicos de calidad deben invitar a quedarse ahí, se trata de un círculo, más gente dota al espacio de una sensación de seguridad que hace que más gente quiera estar ahí. Barden menciona ejemplos de distintas plazas en la ciudad de Nueva York que son relativamente pequeñas pero que atraen a gran cantidad de gente, así como los trabajos de reconstrucción y recuperación del espacio público que se han realizado en la ciudad en varios puntos cercanos al agua.

De igual manera Barden llama la atención a lo poco eficaces y exitosos que resultan espacios vacíos que pueden resultar atractivos para los desarrolladores o para los arquitectos pero que no brindan ningún espacio para la gente. Un espacio público exitoso debe ofrecer (entre otras cosas) lugares donde sentarse y sentirse parte; lo otro resulta un desperdicio de recursos, en un escenario con recursos limitados (desde espacio físico hasta recursos económicos); Barden relata un episodio en donde pidió que se realicen maquetas, para luego personalmente probar la altura de las bancas y fue ahí cuando descubrió que el barandal bloquearía la vista quitando todo lo atractivo del parque, de ahí que la planificación urbana no sólo depende de buenos diseños sino también de cómo la gente se siente en los espacios.

La principal pregunta debe ser entonces si uno está dispuesto a pasar tiempo en esos espacios, a juicio de Barden, los espacios públicos necesitan “vigilantes” incluso aquellos que están ya consolidados se enfrentan constantemente al capital privado y a la búsqueda de ganancia de ahí que se vuelve indispensable que el ciudadano se vuelva responsable y se apropie del espacio público.

En el caso de Quito las estrategias de apropiación del espacio público siempre han enfrentado detractores, por ejemplo el Bulevar de la Av. Naciones Unidas fue calificado en varias ocasiones como una “gran vereda” por un concejal y el Parque Bicentenario fue considerado una “obra inconclusa” sin entender que estos proyectos toman tiempo. De igual manera el libre tránsito de las personas en la ciudad se interrumpe a menudo por el ingreso mal considerado a un estacionamiento o por dar prioridad al omnipotente vehículo; para muestra el semáforo instalado en la República del Salvador para dar ingreso al estacionamiento al cine o el cruce de la avenida Naciones Unidas y Shyris donde los peatones deben jugarse el derecho a continuar su camino.

No vemos todavía iniciativas que valgan la pena mencionar en la actual administración, pero lo que sí es cierto es que la apropiación del espacio público no es solamente dar el mantenimiento a los parques existentes (es una parte importante pero no la única) cuando todavía en Quito hay parques que pasan cerrados o espacios como el Bulevar de la Colón sin basureros o bancas donde descansar.

Como siempre, #QuitoVigila

Rocío Pérez