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lunes, 9 de marzo de 2015

El Quito que queremos


Estimados lectores, antes de que me tachen de “barrerista” les pido por un momento (al menos mientras dure la lectura de este artículo) separemos la frase de su connotación política y discutamos cuál es el Quito que queremos. Como tantas veces he dicho en este blog la importancia de una participación de los ciudadanos en la toma de decisiones y sobre todo en la discusión de política pública; radica en ser los llamados a pedir que la municipalidad tome en cuenta nuestras opciones de ciudad.


Así, por ejemplo, gran mayoría de la gente se expresó en los últimos días en redes sociales en contra de la forma en la que se realizaron los operativos de control de vendedores informales en varias áreas de la ciudad en especial el Centro Histórico. Sin embargo, así como hubieron personas que se quejaron de la actuación de los metropolitanos hubieron quienes los defendieron y que sostuvieron que son los vendedores los que provocaban a los policías.

En entrevista con Diego Oquendo, en un poco más de 45 minutos, se logró legitimar una visión integral como un Plan de Movilidad solo por el imperio de la noticia y el reconocimiento del presentador y de los entrevistados, así en poco menos de una hora, Quito ya cuenta con Plan de Movilidad en el cual se dará mayor primacía a los peatones y al transporte público. En la entrevista Daniela Chacón empezó diciendo que lo primordial es definir el Quito en el queremos vivir, decidiendo si queremos vivir alienados al vehículo o caminar y usar el transporte público con la consiguiente interacción con los ciudadanos, Chacón hace referencia al Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad que construirá centralidades a fin de limitar la necesidad de moverse distancias demasiado largas (lectores, les resulta conocido el discurso?) pues la ciudad la realizan las personas.

A juicio de Chacón, una de las principales acciones concretas y específicas fue la firma de la “Carta del Caminar” que reconoce a Quito como una ciudad que va a tratar de convertirse en más accesible y priorizar a quienes se movilizan como peatones mediante el impulso del transporte público. Chacón se cuida de juzgar a quiénes quieren adquirir un vehículo privado, al fin y al cabo la capacidad de comprar un bien resulta un indicador del progreso (de acuerdo con la derecha) así que entonces la función de la administración se reduce a dar las alternativas para que la gente pueda usar el transporte público.

Una ciudad en la que se privilegie las personas debe necesariamente incluir opciones como peatonización de lugares más grandes como en el caso de Quito el Centro Histórico o la Av. Amazonas a fin de establecer lugares ganados a los vehículos que permitan una forma distinta de vivir la ciudad, una vez más Chacón se cuida mucho de dar especificidades y se limita a decir que se requerirá un proceso de negociación con la gente para garantizar accesibilidad al transporte público, construir estacionamientos de borde y buscar nuevas opciones de transporte.

Finalmente, parece que nuevamente es Daniela Chacón quien es la encargada de dotar de concepto a las visiones (¿) políticas (?) del Alcalde, transformando visiones en Planes solo por el hecho de mencionarlos, así sin un respaldo técnico a las iniciativas que se propone.

Poco a poco se empiezan a visualizar tímidos esfuerzos de definir el Quito en el que queremos vivir, superando (al fin) la paranoia de compararse con la administración anterior y saber que empezará ser medida sobre la base de sus propios resultados.

Rocío Pérez