Páginas

miércoles, 11 de mayo de 2016

La fachada mediática del alcalde Rodas


Desde el surgimiento de los medios de comunicación estos han estado invariablemente ligados al poder y las élites y por lo tanto al servicio de quienes manejan el mercado. Los periodistas no han hecho más que jugar al vaivén de este círculo vicioso, tratando de encontrar la tan anhelada objetividad, veracidad y contraste de fuentes.  Pues resulta que se dan una y otra vez con la piedra en los dientes por que nunca llegan a obtener  el santo grial, ese solo le pertenece a la cúpula que ostenta el poder, a aquellos que son los dueños de lo que se informa y lo que no, los periodistas en su escalada se van quedando en el camino.

No estamos descubriendo el agua tibia, esto es algo que gran parte de los ciudadanos lo sabemos, así como sabemos que los periodistas se pueden convertir en consumados  “publicistas” y “marketeros” en cuanto aparece  el afamado “Don dinero”.

En repetidas ocasiones –y especialmente hace pocos días- hemos sido testigos de las denuncias que diario El Telégrafo ha realizado acerca de los jugosos contratos que ciertos periodistas o “talentos de pantalla” como se los llama en el mundo marketero, tienen con el municipio capitalino. No solo que ha resultado insultante para quienes ejercen el periodismo desde hace décadas y están tras bambalinas ganando sueldos con los que a duras penas se abastecen hasta llegar a fin de mes, sino que resulta grotesco, por decir lo menos, saber que con dinero público se financia estos “talentos” con el único fin perverso de mantener en el imaginario del pueblo quiteño que Rodas es un buen alcalde.

La señora Jeaneth Hinostroza, que seguramente ya cobra un sueldo bastante oneroso en Teleamazonas por el tendencioso espacio de entrevistas que dirige en las mañanas, resulta que tiene un programa semanal y una miniserie en la radio pública del municipio y que solo le cuesta a la alcaldía la pequeña suma de $55.000 dólares al año. Es decir casi $5.000 dólares al mes, por una horita al día por un programa semanal y una miniserie. Luego de esta denuncia Hinostroza enseguida se defendió aduciendo que la mitad del contrato es para una amiga que también hace programas en la radio. Terrible error a nuestro juicio, ilegal ante la ley de contratación pública y deshonesto que lo diga públicamente. Son dineros públicos y por tanto deben ser manejados con el debido sigilo y dentro de la ley. Más allá de conocer el detalle de cómo invierte o reparte estos dineros y por más que la señora Hinostroza sea la super ranqueada periodista del país, ¿les parece justo pagar con el dinero de los contribuyentes capitalinos este salario extrafalario a esta señora? Pero ese no es el único, resulta que así mismo tiene otro contratito similar el señor Marcelo Dotti, por nada menos que 33 mil dólares al año por un programa de una hora diaria y y otro el recordado reportero de Ecuavisa que pasaba sus días en el extinto Congreso Nacional, Félix Narváez.

Fuente: El Telégrafo

Es evidente que el alcalde Rodas ha tenido que comprar espacios mediáticos  porque con su linda sonrisa y su coqueteo juvenil no bastó para engatusar a los medios. Espacios bastante exorbitantes diría yo. Resulta que no solo tiene este grupete periodístico alabando su gestión, sino que se da el lujo de hacer su “miercolina” (imitando la sabatina del Presiente) para dar cuenta de su gestión semanalmente en un pool de 20 radios que retransmiten el programa todas las semanas durante una hora. Y ni hablar de los contratos que tiene con radio Visión para que el señor Oquendo le eche flores sin ningún empacho cada vez que puede, y qué decir de cómo tiene comprado a diario El Comercio para que solo diga cosas buenas de su gestión y genere noticias sesgadas y maledicientes para distraer la opinión pública (caso jugos de naranja). Y el aliado en televisión es Teleamazonas donde Bernardo Abad, ahora funcionario municipal laboró por más de veinte años.

No es ningún improvisado el señor Rodas, estuvo muy bien asesorado por el zorro Durán Barba, quien ya le dio la puñalada por la espalda al tildarlo cuasi de tonto en las declaraciones que diera a un medio argentino hace un par de meses, no señores no es ningún tonto por que sabe el poder que tienen los medios y el marketing para seguir vendiendo ilusiones a los quiteños, sabe muy bien que si no tiene esa plataforma la pantomima de gestión se le cae cual castillo de naipes.

Lo más cuestionable de todo, no es cuánto ganan estos “talentos” nadie cuestiona que se han ganado su reputación y quieran cobrar lo que cobran, pero en este caso, son dineros públicos.  Si analizamos un poco El municipio cuenta con una Secretaría de Comunicación con más de sesenta funcionarios. Profesionales de radio, periodistas, fotógrafos, camarógrafos, todo un despliegue mediático a favor del municipio. Si la excusa es difundir la gestión de la alcaldía, cosa por demás loable, ¿por qué no lo hace con el personal contratado de planta? Pero eso no es todo, además el Municipio cuenta con dos emisoras de radio propias, con un periódico, con una agencia de noticias, con página web y redes sociales, todo un despliegue para poder evidenciar la gestión de un Municipio. Además cada administración municipal y cada empresa pública, instituto y secretaría del Municipio cuenta con su comunicador o equipo de comunicación, funcionarios profesionales contratados en nómina, pero claro, no son pues “talentos de tv” como la señora Hinostroza, seguramente ganan la quinta parte y seguramente trabajan sus buenas ocho horitas a favor de la gestión municipal, pero ellos no merecen semejantes sueldazos.

Hemos escrito algunas veces del excesivo gasto en comunicación del alcalde Rodas en este espacio, porque nos asombra cómo ha ido contradiciéndose en sus propias declaraciones. Antes de ser alcalde recordemos que ofreció bajar sustancialmente el presupuesto de comunicación para reinvertirlo en el municipio debido a que iba a bajar los impuestos, pues lo primero que hizo como hacen todos los que llegan a un nuevo cargo público, es poner su impronta, no les interesa el elevadísimo costo que esto tiene, son como los machos alfa que deben marcar territorio en cuanto se adueñan de un lugar.

Pues sí,  lo primero que hizo Rodas es cambiar el logo, los colores, y con ello toda la señalética, carteles, etc., todo lo que estaba con la marca anterior, tenían que cambiar de imagen totalmente. Porqué no hacen como en otros países donde el logo de la ciudadad es uno solo y no importa si llega un nuevo mandante, esto no se está cambiando cada cuatro años, es un costo absurdo. Nos guste o no el arcoíris de Rodas, esto implicó un gasto de más de un millón y medio de dólares en el primer semestre desde que asumió la alcaldía.

El presupuesto apenas bajó una mínima cantidad en comparación a la administración anterior, y aunque anunció con bombos y platillos en junio del año pasado que iba a implementar medidas de austeridad, el presupuesto de publicidad quedó intacto.

Claro que es importante informar a la ciudadanía de la gestión que realiza una alcaldía, de las obras, hacer señalética, campañas, etc. pero esos presupuestos también salen de las propias empresas municipales que además de los siete millones que tiene la Secretaría de Comunicación municipal, cuentan con sus propios presupuestos para hacer sus campañas informativas. Si nos ponemos a sumar los presupuestos de cada instancia municipal los siete millones fácilmente se duplican; si sumamos todos los periodistas que están en la nómina municipal, seguramente llegamos casi a cien, más todo el contigente del que ya se ha hablado ¿para qué necesita Rodas a sus queridos “talentos” aupando su gestión? Pues porque con todo ese contingente es evidente que en dos años no ha logrado consolidar un modelo de gestión eficiente, en dos años de gestión con la mitad de su periodo recorrido, cuando debería haber realizado la mitad de lo ofrecido, no ha logrado instaurar un ritmo planificado y ordenado de ejecución de su plan de gobierno y para ello necesita de estos “opinadores”  profesionales que lo ayuden a mantener su credibilidad que de otra manera estaría por lo suelos.

¿Por qué creen que las últimas semanas Rodas se volcó de lleno a gestionar ayuda humanitaria para los damnificados y estuvo como el que más enviando aviones, rescatistas y donaciones a más no poder hacia las zonas afectadas por el terremoto? Claro que la ayuda llegó, que los bomberos hicieron una excelente labor y los quiteños hicimos grandes donativos y demostramos que somos un pueblo solidario, pero ¿quién capitalizó el esfuerzo de los ciudadnos de a pie?  ¿Quién salió en las fotos cargando cajas y abrazando bomberos? ¿Quién se llenó la boca en su “miercolina” con las cientos de toneladas donadas? ¿Quién se tomó las fotos junto a su esposa-trofeo prendiendo velas en la Cruz del pPapa? Todo eso mis queridos lectores se llama marketing político. Todo eso es para repuntar su imagen y su aceptación que estaba decayendo en picada estos últimos meseses. Ahora volvemos a tener un alcalde humano, solidario, responsable y su imagen vuelve a subir como espuma. Pero ¿acaso ha cumplido con sus votantes, acaso vemos una mejora en el transporte público? ¿Acaso vemoes unas calles mejores, acaso tenemos las nuevas ciclovías, acaso tenemos los metro cables, acaso vivimos mejor como el mismo promulga en su slogan? ¿Acaso tenemos una mejor calidad de vida los quiteños? A ver, pongámonos la mano en el corazón y dejemos de lado la imagen del alcalde joven y bonachón y su esposa-trofeo un ratito para ver con claridad qué ha pasado en estos dos años de gestión de la alcaldía de Rodas.

Yo no como cuento señores, yo no quiero un alcalde de sonrisas yo quiero un alcalde con los pantalones puestos que se ponga a trabajar por su ciudad, que conozca su ciudad, que la sienta, que la palpe cada día y se involucre de verdad y no esté solo para hacerse lindas fotos. Es tiempo de darnos cuenta que estos “tontos útiles” que tiene contratados para montar esta farsa de alcalde que tenemos. Nos queda medio camino por recorrer aún junto a este alcalde, ojalá  por el bien de todos los quiteños empecemos a ver como realmente logramos vivimos mejor.

Miguel Jiménez