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jueves, 27 de octubre de 2016

RODAS INCUMPLE SUS PROMESAS DE CAMPAÑA




Introducción
La ciudad de Quito fue sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre vivienda y desarrollo sostenible Hábitat III del 17 al 20 de octubre. El evento  tuvo como objetivo “reforzar el compromiso global con la urbanización sostenible, para centrarse en la implementación de una nueva agenda urbana” (Hábitat III). Sin duda, es un tema de gran importancia tomando  en cuenta que en la actualidad más de la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas y en el caso de América Latina y el Caribe la cifra llega al 80% (CEPAL).    
En este contexto, surgen varios interrogantes. ¿Quito cumple con las políticas y las orientaciones que se discuten en Hábitat III?, ¿la actual administración municipal trabaja verdaderamente por un modelo urbanístico sostenible? ¿El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, ha cumplido con sus promesas de campaña o ha primado la demagogia política? El presente texto muestra la contradicción existente entre la fiebre declarativa y la concreción efectiva de la gestión municipal.          
Mauricio Rodas: experto en lobby político y pésimo administrador municipal  
Para empezar, es importante señalar el comportamiento que ha tenido el Alcalde durante estas semanas. Los días previos al evento, la administración municipal estuvo concentrada en “embellecer” la zona en la que se llevó a cabo el evento. La intención fue “amagar” el caos de la capital y tratar de quedar bien con las delegaciones internacionales y los altos comisionados. Se “pintaron” a última hora  kilómetros de ciclo vías, se contrataron costosas intervenciones de luces en el centro histórico; mientras que la ejecución presupuestaria para obras en barrios es prácticamente nula en algunas zonas como la muy poblada de Quitumbe. Es decir, se realizó exactamente lo contrario de lo que se propone en la nueva agenda urbana.
Por otra parte, durante las jornadas de Hábitat III, Mauricio Rodas se concentró en el hacer “lobby” para entregar al Secretario General de las Naciones Unidas,  Ban Ki-moon,  la propuesta de las autoridades locales para formar parte de la mesa global y del sistema mundo. Un deseo de figurar y ser una imagen VIP. En este contexto, también aprovechó para firmar el contrato de los Quito Cables - sin escuchar el malestar de la población-y su organización política hizo acuerdo con el banquero Guillermo Lasso para enfrentar el próximo proceso electoral. No hay que olvidar que las alianzas políticas son también alianzas entre grupos económicos.  
De manera paralela-aunque esto no aparece en los medios de comunicación privados que apoyan al Alcalde-se han movilizado organizaciones y colectivos en lo que crece el malestar frente a la mala administración. Los ejes de rechazo y denuncia son múltiples: organizaciones afectadas por los Quito Cables,  la solución Guayasamín, la Ciudad Bicentenario, barrios irregulares que no cuentan con servicios básicos, colectivos que están denunciando el descuido del patrimonio histórico de Quito, comerciantes autónomos, transportistas, colectivos de mujeres, organizaciones anti-taurinas que demandan el cumplimiento de la promesa del Alcalde, organizaciones de jóvenes, entre otras.    
Aunque en su campaña Mauricio Rodas prometió ser inclusivo y generar espacios de diálogo y participación ciudadana para el procesamiento político de las demandas sociales, ahora califica de “amargados” a todos los colectivos, organizaciones y personas que no están satisfechas con la gestión municipal. No se da cuenta que cada vez son más los quiteños y quiteñas que votaron por él y que ahora expresan su decepción e indignación frente al estilo y las políticas implementadas.  
Promesas de campaña vs resultados obtenidos   
Para corroborar objetivamente lo que se afirma en este documento, solo hace falta revisar las propuestas que realizó Mauricio Rodas durante su campaña electoral y que seguramente por descuido siguen colgadas en la página web de la organización política SUMA: http://www.suma.ec/blog/propuesta.
Basta comparar lo prometido frente a lo que realmente se ha ejecutado. Más allá de las afinidades ideológicas, preguntémonos por un momento ¿realmente Quito es una ciudad sostenible?, ¿se han solucionado las principales problemáticas de la urbe?, ¿se ha logrado un sistema de movilidad integrado y la descongestión del tráfico?, ¿las vías están en mejor estado y es una ciudad inclusiva para personas  con discapacidad?, ¿se ha logrado descontaminar el ambiente de la ciudad?, ¿se está atendiendo a los barrios más necesitados? Invito al propio Alcalde a revisar sus propuestas de trabajo y con su equipo técnico realizar un ejercicio de comparación entre lo que prometieron y lo que efectivamente han cumplido.   
Hay que recordar que su lema fue “Sí podemos vivir mejor” y se plantearon  tres ejes principales: 1) ciudad inteligente, 2) ciudad de oportunidades y 3) ciudad solidaria. En su plan de trabajo se puede leer lo siguiente: “Quito será una ciudad bien planificada, con una ciudadanía activa y una Alcaldía con vocación de servicio. Una ciudad en la que se puede vivir mejor, en la que nadie se queda atrás, que la vamos a construir todos juntos donde el Municipio será un actor mas no un rector. Una ciudad donde los ciudadanos puedan trabajar, estudiar, acceder a bienes y servicios de calidad en el menor tiempo y con el menor recorrido posible.”
Los quiteños y quiteñas nos preguntamos, a más de haber inaugurado obras que ya estaban en curso, como la ruta Viva, el centro comercial del Comité del Pueblo, o continuado otras que estaban financiadas como la contenerización de basura o el metro de Quito ¿qué ha hecho el señor Rodas por iniciativa propia?
Es más, qué pasó con las promesas de campaña del actual Alcalde ¿Dónde está el  acceso universal al internet en espacios públicos que ofreció?, ¿en qué lugar están escondidas las oficinas móviles de atención ciudadana que se ofrecieron en cada barrio?, ¿cuáles son las obras emblemáticas de reingeniería vial y descongestión de tráfico?, ¿dónde están las camas bajas, rampas y todo el sistema para la movilidad de personas con discapacidad que prometió en su plan?, ¿cuándo se eliminará la medida de pico y placa?, ¿cuántos barrios cuentan con las Bibliotecas sin Fronteras y los mecanismos de promoción de la cultura?, ¿qué montos se han otorgado para el financiamiento para pequeños comerciantes a cero interés? ¿Dónde está la planta de tratamiento de residuos infecciones y el sistema de reciclaje urbano y rural? Y podríamos seguir con muchos otros temas.
Pero si están los nuevos buses biarticulados que son a diésel y no eléctricos y por tanto contaminan mucho más el ambiente, las “soluciones Guayasamín” que priorizan a los autos privados motorizados antes que al transporte público, las redefiniciones de zonificaciones de uso del suelo que facilitan la ampliación de algunos negocios inmobiliarios.  Por todo esto, está muy claro que en Quito no estamos viviendo mejor.  
A modo de conclusión
Por lo expuesto anteriormente se puede afirmar que la actual administración municipal no ha cumplido con sus propuestas de trabajo y promesas de campaña. En síntesis, el burgomaestre es un experto en lobby político, juego de luces y mapping, pero un pésimo administrador de la ciudad pues no ha cumplido con lo que le prometió a sus propios electores.     
En este sentido, el Distrito Metropolitano de Quito requiere de manera urgente una nueva agenda urbana que permita solucionar los problemas reales de sus habitantes y el desarrollo sustentable de la ciudad. El lobby internacional, el pacto con la banca y con los grupos económicos capitalinos,  demuestran que la gestión está concretada en el interés de una pequeña élite y no en la mayoría de la población. Finalmente, los quiteños y quiteñas exigimos una inmediata rendición de cuentas por parte del Alcalde Mauricio Rodas en la que se realice un verdadero balance sobre el estado de situación de la ciudad, se escuche las distintas demandas de los colectivos sociales y se tomen las medidas necesarias para solucionar las problemáticas de Quito.      
Nicolás Reyes Morales.