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viernes, 9 de enero de 2015

Democracia y opinión pública

Posiblemente el factor clave para el funcionamiento de un sistema democrático es una “actitud democrática”. Esto significa tener la creencia de que todos los hombres son creados iguales, y el sentimiento de lo que uno puede llamar un entendimiento de la gente.

C. Znamierowski (1888 – 1967)

La opinión pública juega un rol importante en democracia pues puede influir en aquellos tomadores de decisión para que incluyan los requerimientos de la gente en la definición de política pública; al mismo tiempo la opinión pública puede servir como un mecanismo de control a los líderes pues le da a la ciudadanía la oportunidad de expresar su negativa y su descontento con las acciones tomadas por la autoridad.

La opinión pública en democracia debería ser tomada como un mecanismo para informar la política pública; herramientas como las encuestas le dan a los líderes de opinión una muestra de por dónde va la apreciación de sus ideas o si sus políticas están teniendo éxito. Hay quienes incluso sostienen que las encuestas producen “lo que la democracia debería producir” es decir igual representación para cada ciudadano; una encuesta bien diseñada le da al ciudadano igual oportunidad de participar y una voz de igual peso una vez que está participando. Está claro que la popularidad por otro lado no puede ser el único indicador para medir el éxito de una política o a un líder pues muchos de los miembros de la audiencia tienen en la mayoría de las veces un conocimiento marginal y como tales solo están capacitados para una respuesta no razonada.

Ahora, en sociedades inequitativas este precepto no siempre se cumple (igual representación para cada ciudadano) pues no todos tienen acceso a organizar sus ideas o simplemente la opción de participar pues no pueden ser consultados. La influencia de la democratización de la opinión pública tiene un gran impacto en una nueva clase de poder donde es la ciudadanía la que adquiere un nuevo rol a la hora de sopesar el éxito o el fracaso de una autoridad o una política pública.  

Este fenómeno adquiere otro tinte cuando se incluye otro mecanismo de distribución de opinión pública que son las redes sociales que tiene un sentido de inmediatez que define que la retroalimentación sobre una determinada política sea más rápida. Si bien es cierto se trabaja con un escenario mucho más limitado que el total de los ciudadanos dando como resultado que no son todos los que tienen la capacidad de actuar y opinar si presenta una herramienta para medir el impacto directo; en el caso de Quito se pueden dar varios ejemplos y que ha sucedido cuando las autoridades no han sabido reconocer la importancia de esta opinión pública. Por ejemplo, cuando se cortaron los árboles de la av. Naciones Unidas para realizar trabajos de soterramiento la opinión pública principalmente en redes se manifestó en contra del tema pero la administración municipal minimizó el impacto en su evaluación con altos costos políticos. Ya en esta administración hay varios ejemplos de aparentes virajes en políticas públicas sobre la base de opinión pública contraria a la gestión lo que tampoco es adecuado pues da la impresión de que no existe una planificación para poner en práctica las políticas y estas dependen del vaivén de lo que puede ser también una volátil opinión pública recordarle al alcalde en Quito que si se pasa demasiado tiempo preocupándose de las encuestas se olvidará de gobernar y cómo hacerlo especialmente cuando resulte indispensable.

Rocío Pérez