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viernes, 10 de octubre de 2014

La verdad sobre el metro

La administración Rodas - Ricaurte  cuestionó en la última campaña seccional la construcción del Metro. Como ciudadana corriente, al mirar las pocas noticias que transmiten los noticieros, fuera de la sangre, me preguntaba si las palabras de Rodas -tan especulativas- no tendrían un efecto contrario para la ciudad, supuse que mi  ignorancia política era lo que me hacia tener ese sentimiento de temor.

Han pasado más de 100 días desde que él inició su administración y nuevamente, como ciudadana corriente, no veo el rumbo por el cual va la ciudad.

Lo que si se, por mi grata experiencia de viajes a través de varios países del mundo, es que un metro cambia estructuralmente la vida de una ciudad, es increíble poder movilizarse rápidamente por lugares que no conoces, y saber que esas estructuras lógicas de transporte están en beneficio de turistas corrientes, pero sobre todo de los citadinos que viven y transitan a diario por la ciudad.

Ilustración presente en algunos vagones en el Metro de Nueva York
Quizá cuando uno lo ve desde afuera, como una experiencia no cotidiana, valora ese recurso y lo siente tan genial; quizás también, esas ciudades no serían lo que son, si no fuera por ese recurso cotidiano que mueve a una ciudad entera.

La verdad es que desde el antiguo Metro de Chicago, que genera un poco de temor cuando sus antiguas vías y vagones suenan por su edad,  hasta el increíble y moderno metro de Shanghái, el Metro es el medio de transporte supremo  de cualquier gran ciudad. 

Con las experiencias vividas, con la ilusión planteada, el Metro de Quito es para mí  algo especial. Por eso, me dolió profundamente ver como el Alcalde de Quito, Mauricio Rodas, dos meses antes de la licitación para el Metro de Quito, extiende el plazo a los posibles contratistas, en ese momento me pregunté: ¿Acaso eso no subiría el costo? ¿Acaso eso no causaría más especulación de la ya planteada? ¿Acaso decir que los estudios estaban mal y que seguramente el precio es mayor, no da la posibilidad de que los oferentes incrementen su propuesta? Qué pena! No me equivoqué.

Me indigna pensar que Quito se puede quedar sin Metro por  los intereses de un político de turno. Mi intuición, poco política (lo reconozco), me hace creer que a este señor, Mauricio Rodas, no le interesa que se construya el Metro. Es posible que su construcción le haga perder popularidad, porque claro, esta mega obra obviamente causará incomodidades a la ciudadanía. O porque claro, será muy difícil dejar la Alcaldía a medio camino con la construcción del Metro para lanzarse al mágico mundo de la Presidencia de la República (mi humilde opinión me hace pensar que este es su real objetivo). 

Muchos podrán decir que la administración de Augusto Barrera fue mala, muchos podrán no reconocer que su logro fue: pensar en una transformación real de la ciudad. Muchos no lo reconocerán porque jamás comprendieron que a una ciudad le pasa lo que a un hogar, que si se desea transformar algo en la casa que uno vive debe pasar un poco por ciertas incomodidades, quizá polvo, quizá maestros entrando y saliendo, quizá otras cosas más. Desde mi visión, la valentía para enfrentar cambios estructurales y culturales es un logro. 

A propósito de la reducción de multas 
a vehículos mal estacionados
 hoy en la Rumipamba y Amazonas  
Y hablando de logros… me da pena que la ciudad sienta que es un logro bajar impuestos cuando el logro, desde mi visión, es no cometer infracciones.  Me da pena que se cuestione los estudios de Metro Madrid, cuando este es uno de los metros más modernos y organizados de Europa. Me da pena no se exija con más vehemencia la construcción del Metro. Me da pena saber que estábamos tan cerca del cambio, pero sobre todo me da pena el poco análisis que nos hacemos los Quiteños sobre el rumbo, los intereses y el avance de nuestra ciudad.

Que absurdo es dejarse encantar por los muchos colores de un partido, que absurdo es dejarse encantar por las cuatro palabras vacías de la autoridad, que absurdo es ver la complicidad de los medios en todo ese vacío argumental. Que absurdo es imaginarse a Quito, por segunda vez consecutiva mejor destino turístico, sin su Metro.