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lunes, 13 de octubre de 2014

Público o privado


Vendedores en Nueva York protestan ante
 la iniciativa del Municipio de la Ciudad de
 ceder espacio en las veredas
 a las estaciones de la Citi Bike
 mediados del 2013 se inauguró en Nueva York una iniciativa enmarcada dentro de una alianza público privada, donde la ciudad cedía espacio a una compañía privada que a cambio brindaría a la ciudad un sistema de transporte alternativo sin costo inmediato para la ciudad.  El Alcalde Michael Bloomberg sostuvo que “tenemos una red totalmente nueva de transporte sin gastar nada de dinero de los contribuyentes”.

El proyecto “más grande de este estilo” en el mundo empezó con 6000 bicicletas en más de 300 estaciones con un plan de extenderse hasta 10 mil en 600 estaciones en Manhattan, Brooklyn y Queens.


El lanzamiento del programa no fue cien por ciento exitoso, muchos residentes se quejaron de la ubicación de las estaciones de las bicicletas que en muchos casos limitaron el tamaño de las aceras o parques para un arreglo que generaría ganancias. La ciudad dividirá las ganancias con la compañía que administra el proyecto, Citigroup pagó más de $41 millones para promocionarlo y MasterCard $6.5 millones adicionales. Los subscriptores pagan una tarifa anual de $95 por un uso ilimitado de viajes de 45 minutos cada uno, de igual manera se puede comprar pases por un día o 7 para viajes de 30 minutos.


Quito por su lado cuenta con una iniciativa similar totalmente pública donde los ciudadanos de manera gratuita pueden utilizar las bicicletas distribuidas a lo largo de la ciudad, éstas  no tienen la propaganda de una empresa privada, seguimos a la espera de ver cuál será el plan para ampliar su cobertura pero por lo menos por ahora sigue siendo de imagen pública.


Pero lo que quiero resaltar aquí es que existen constantes ejemplos de iniciativas que deberían ser públicas, llamando la atención a lo que significa que la empresa privada asuma competencias que son públicas. Otro ejemplo, días atrás se inauguró en Quito una parada de bus remodelada del Sistema de Transporte Masivo Trolebus en la Plaza del Teatro, el Alcalde insistió en que la parada no le costó nada al Municipio pues se trata de un convenio con el Banco del Pichincha. Estos que son más que nada arreglos cosméticos a un sistema de transporte que requiere un rediseño total, para mí en torno a la columna vertebral que deberá ser el Metro; son una muestra de la dirección de la política pública de esta administración donde se privilegia la imagen sobre la substancia. 


Así entonces aquí me atrevo a sostener algo; uno de los grupos financieros más grandes del país realizan estas inversiones no particularmente anclados en una verdadera preocupación por la ciudad sino más bien como manera de conseguir algo; publicidad, mejorar la imagen, o lo que sea. Lo problemático acá es esa última parte, que tomó en cuenta el Banco del Pichincha para decidir participar en esta iniciativa. De igual manera, no habría como exigir al Alcalde que deje de utilizar la cromática de su partido político pues se trataría de una iniciativa privada, como ven el tema es preocupante.

El Telégrafo pidió a la Empresa de Pasajeros de Quito que devele cual es el acuerdo que se firmó con Banco del Pichincha y que implica este acuerdo, sin embargo la información se trata con el mayor secretismo así como si se defendieran los intereses de la empresa privada y no los de la ciudadanía. Recordar nada más que el nexo con este grupo financiero en la actual administración del Municipio de Quito es cada vez más fuerte, financiaron el último Verano de las Artes Quito, el suplemento sobre la gestión de Rodas y ahora la nueva parada de bus; esperamos que fieles a eso de “en confianza” nos cuenten en qué es que nos estamos metiendo y cómo es que esto ayuda en eso de que “podemos vivir mejor”.