Páginas

miércoles, 13 de mayo de 2015

No más publicidad


La discusión sobre publicidad es difícil de llevar, por un lado un candidato constantemente en campaña dice que reducirá el gasto en publicidad pues lo cataloga como una forma “absurda” de gastar los recursos de quienes quieren que voten por él. Mauricio Rodas no fue distinto y ya en campaña dijo que disminuiría el tan satanizado gasto en publicidad, aparentemente lo que no pensó es que si no se cuenta con vallas publicitarias, cuñas radiales y de televisión es imposible que el quiteño que votó por él tenga una respuesta de su gestión y de cómo se gasta el dinero que paga en la ciudad.

No voy acá a satanizar el gasto en publicidad pues considero que es un elemento clave para la difusión de la gestión pública, pues sirve para que quienes pagamos impuestos sepamos en qué se gastan nuestros recursos. Por ejemplo, ésta ha sido una queja constante contra el gobierno central criticando  el “excesivo gasto” en publicidad (sin valores claros y solo considerados excesivos por que sí) la respuesta ha sido que son mecanismos de rendición de cuentas y que sobre todo se han sobreestimado los valores, y que se trata de mucho menos de lo que se cree. Resulta imposible tener un valor consolidado de cuánto gasta una institución tan grande como el Municipio de Quito en el rubro de publicidad (insisto que el problema no es que gaste en publicidad) pues cada empresa, cada entidad maneja su propio presupuesto, lo que se debe discutir es qué tipo de publicidad es la que se pone en la ciudad. Una vez más como ven todo vuelve a definir qué tipo de ciudad es la que queremos vivir, a mi juicio hasta ahora el principal interés ha sido pintar (multicolor) una ciudad que no acaba de cuadrar.

El otro día caminaba por la Shyris y a la altura del nuevo Bulevar Las Flores, me encontré con una lona que delimita todo el terreno de intervención, para aquellos que hemos trabajado en publicidad sabemos que ese material no es barato, sin duda muchísimo más caro que la lona verde que se solía utilizar. El Telégrafo reportaba también que otra intervención hecha en la zona de Carapungo (brandeada de la misma manera) pone en peligro a los peatones, es decir, en un afán estético se descuida la importancia de aspectos como la seguridad peatonal; una vez más repito, qué tipo de ciudad se quiere construir.


En fin, en la semana en la que se cumple un año de gestión de todos los GADs en el país resulta indispensable insistir en que Mauricio Rodas nos cuente, qué tipo de ciudad quiere construir, ¿una llena de anuncios vacíos y solamente publicitarios? Hasta ahora parece ser así, podremos tener un buen publicista pero todavía no vemos un administrador público y peor aún un Alcalde. ¿Cuánto tiempo habrá que esperar?

Rocío Pérez