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lunes, 24 de agosto de 2015

Un Alcalde experto en simulacros


Con gran sorpresa pudimos ver en días pasados que el Alcalde de Quito realizó un simulacro de evacuación en los valles de la ciudad. Sin duda el sistema de gestión de riesgos que el Municipio de la capital tiene desde hace varios años, ha dado varias muestras de ser un ejemplo en cuanto a enfrentar desastres naturales se refiere. La alta profesionalización del cuerpo de Bomberos de la ciudad, por ejemplo, ha sido un referente para varias ciudades de América Latina desde hace casi una década.

Los ciudadanos pudimos ver a un Alcalde muy bien uniformado con su chaleco del COE, con las botas de trabajo y en pleno campo de acción, dándonos a entender que es el gran comandante que lidera las tropas de la ciudad. Esta imagen nos sería sin duda sumamente grata, si al verla no nos recordara todos los momentos y en todos los problemas que este mismo personaje (el señor Alcalde), deja de lado por encontrarse fuera de la ciudad o simplemente por no saber cómo enfrentar los problemas que nos aquejan a los capitalinos.

Ha pasado más de un año y tres meses de su gestión y pareciera que al frente de la capital hay un sillón vacío, o mejor dicho un sillón que al ser muy grande, al personaje que lo ocupa le quedó chico. Decía que un Alcalde es experto en simulacros porque hasta el momento eso es lo que hemos podido ver de su accionar en la capital.

Lo vimos con bombos y platillos inaugurando el inicio de la construcción de los aerocables y hoy, varios meses después, lo único que hay de eso son los carteles del anuncio dejados en el abandono, proyecto que fue una de las banderas de campaña del señor Rodas.

Vimos un gran despliegue mediático en una rueda de prensa y a un Alcalde visitando varios medios de comunicación de la capital informando que: “el Metro Va”, de esta simulación de decisión, ya hace más de 200 días y aún no se concreta absolutamente nada.

Y así podemos enumerar varios ejemplos que demuestran con contundencia que Quito tiene un Alcalde que si algo sabe hacer es simular. Puede simular con vehemencia que apoya a las marchas entrando a la carrera y con el puño en alto a la Shyris, gritando que el “no se ahueva” y una semana después simular que ya está todo bien con el Gobierno y hacer un viaje relámpago para no tener que responder preguntas incómodas.

Simula la mejora en el sistema de Trolebus, haciendo las inspecciones a las 11 am (cuando no está saturado)  y así demostrar que ahora la gente viaja mucho más cómoda porque con su “declaratoria de emergencia” pudo arreglar siete buses que se encontraban averiados.

Simula ser el mayor guardián del respeto al Patrimonio de la ciudad al insultar al Vecino Mario (actual Concejal de la bancada de Alianza País) frente a todas las cámaras de televisión, por no haber obtenido permisos para montar una microonda en la Plaza Grande, pero brilla por su ausencia cuando los manifestantes destrozan la Plaza Chica, recientemente inaugurada por él mismo, cuando semanas atrás también simulaba que está trabajando por el bien de Quito.

Entre tanto simulacro, los quiteños podemos estar seguros de dos cosas: que estaremos alerta frente a posibles desastres naturales; y que el Alcalde, a base de simulacros y grandes despliegues mediáticos, seguirá tratando de convencernos que las obras no son lo importante, siempre y cuando las calles y plazas de la ciudad tengan lindos carteles que simulan que en Quito “si podemos vivir mejor”.

Claudia Armendariz